All posts tagged: cultura

Las sombras que nos habitan

Hay muchas cosas que se pueden decir sobre Dahmer – Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer, la serie limitada estrenada hace pocas semanas en Netflix. Compuesta por 10 episodios de casi una hora de duración cada uno y co-creada por Ryan Murphy e Ian Brennan, este drama criminal cuenta la historia del asesino en serie Jeffrey Dahmer, conocido como el Monstruo de Milwaukee, quien mató y desmembró a 17 hombres entre 1978 y 1991, la mayoría de ellos afroamericanos. Fue arrestado y condenado a 15 cadenas perpetuas en 1992, muriendo en la cárcel a fines de 1994, a manos de otro prisionero.

Ordenando la biblioteca

Aproveché las recientes vacaciones de agosto para arreglar uno de mis cuatro libreros. Tenía los libros puestos uno encima del otro sobre los estantes, pero no los había clasificado y ordenado. Estaban así desde hace casi un año, en que me vi obligada a mudarme. Falta de tiempo y de ánimo me hicieron posponer la tarea. Este librero en particular es el más grande que tengo. Los libros los pongo en doble fila para que quepa la mayor cantidad posible. Fui bajando y sacudiendo cada libro, al mismo tiempo que iba colocándolos en el suelo, en columnas, según la eventual clasificación que tendrían en el mueble (cuentos, novelas, psicología, historia, autores centroamericanos, poesía). En este librero también hay autores de los que tengo varios títulos3: Jorge Luis Borges, Marguerite Yourcenar, Juan Carlos Onetti, Yukio Mishima, Franz Kafka, Clarice Lispector, entre varios más.

Releer

Hace pocas semanas terminé de releer Moby Dick, la novela del estadounidense Herman Melville. Aunque la leí en algún momento de mi adolescencia, sentí como si lo hacía por primera vez. No descarto que lo que leí en el pasado haya sido alguna versión condensaba, porque no recordaba una serie inmensa de detalles que me impresionaron mucho en esta ocasión. Lo leí a mi ritmo y tardé más de un año para terminar. Me maravillé de nuevo con su lectura y, aunque es extenso, no quería que se me terminara. Decidí hacer esta lectura en el idioma original, lo cual sin duda le agregó novedad. Si en la primera lectura descubrí una historia interesante, en la segunda descubrí detalles técnicos y de lenguaje que no percibí antes. También pude comprender por qué hay gente que la odia. La novela de Melville tiene la lentitud propia de las navegaciones de antaño. Además de la persecución del cachalote blanco por el barco Pequod, comandado por el obsesivo capitán Ahab, el libro es todo un manual de navegación …

La importancia del librero

Hace un tiempo, fui a una librería a comprar una novela llamada El amor es una droga dura, de la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi. Cuando entré al lugar, me puse a buscarlo por mi cuenta en la sección de literatura de ficción. Lo busqué según el nombre alfabético de la autora. Al no encontrarlo, busqué por el título, pero tampoco tuve suerte. Estaba segura de que lo tenían porque la misma librería lo había anunciado, así es que tuve que solicitar ayuda de alguno de los vendedores.

Películas de Semana Santa

Cada vez que vuelve a ser Semana Santa, me resulta inevitable recordar las maneras tan diferentes de conmemorarla que se acostumbraban en los años 60 y 70 del siglo pasado. A las procesiones, las mujeres solíamos ir con una mantilla sobre la cabeza y era un evento solemne. Las oficinas y almacenes iniciaban vacaciones, muchos desde el Lunes Santo. Ya para el Miércoles Santo en la tarde, prácticamente todo estaba cerrado. Muchas familias se iban a “temporar” a la playa y la ciudad quedaba solitaria. Los Planes de Renderos, donde me crié y viví muchos años, también quedaba en silencio absoluto. (Por cierto, la palabra “temporar” es un salvadoreñismo que ha caído en desuso).

La destrucción cultural como arma de guerra

En 1978, la artista ucraniana María Prymachenko pintó un cuadro, con témpera sobre papel, al que llamó “Que la guerra nuclear sea maldita”. En el cuadro se mira un grotesco animal de color rosado, de cuyas fauces abiertas sale una serpiente verde con dos cabezas. En los costados del animal, hay varios elementos que parecen ser gusanos fosforescentes sobre un lomo lleno de ojos y cinco figuras puntiagudas que podrían ser lanzas o misiles. Se cree que la obra, de colores fuertes y de estilo naif, fue uno de los cuadros destruidos el pasado 28 de febrero, cuando las fuerzas invasoras rusas en Ucrania incendiaron el Museo de Historia Local en Ivankiv, ciudad ubicada al noreste de Kiev y a 52 kilómetros al sur de la Central Nuclear de Chernóbil. Sin embargo, la fundación de la familia Prymachenko afirma que catorce cuadros pudieron ser salvados del fuego por un vecino de la localidad, aunque no quedó claro si esta pintura fue uno de ellos. El trabajo de Prymachenko es muy querido y respetado tanto en …

Inteligencias creativas

¿Qué futuro le espera a la literatura con el desarrollo de las inteligencias artificiales? ¿Serán éstas capaces de escribir libros entretenidos, que superen en calidad a los escritos por los humanos? Fueron algunas de las preguntas que me surgieron luego de conocer el proyecto Narrative Device, una aplicación en línea desarrollada por Rodolfo Ocampo, un estudiante doctoral en la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, interesado en la interacción creativa que puede lograrse entre los humanos y las inteligencias artificiales.

Comer recuerdos

El otro día compré un par de granadillas. No porque sea una de mis frutas favoritas, sino porque cada vez que las veo, recuerdo a mi padre. Crecí en El Salvador, en un entorno bicultural. Mi padre era salvadoreño y mi madre, alemana. Dos culturas con maneras muy diferentes de representarse en lo cotidiano. Mi madre regía en el entorno doméstico. Así es que las decisiones de lo que se cocinaba, se comía o cómo se hacían las cosas, las tomaba e imponía ella. Sin discusión alguna. Mi madre no era la mejor de las cocineras. Algunos pocos platillos, como el goulash, el sauerkraut, las salchichas y, sobre todo, los pasteles, le quedaban espectaculares. Pero nos hacía sufrir con los bistecs de hígado, duros y con mal sabor, que nos obligaba a cenar con relativa frecuencia porque, según decía, “tiene mucho hierro”. Pero cuando estés en Roma, haz como los romanos. Mi madre no sólo probó y gustó de varios platillos salvadoreños, sino que adoptó algunos (los frijoles, el arroz y las tortillas de maíz), …

Hablemos en salvadoreño

Me he dado cuenta, con profunda tristeza, de que hay mucha gente que está optando por dejar de usar la palabra chivo, debido a que ahora se asocia con el nombre de la aplicación de gobierno para el manejo del bitcoin. Chivo es una de esas palabras características de nuestra salvadoreñidad, exclusivas de nuestro país. Es una expresión que tiene la flexibilidad para expresar diferentes intensidades de lo que se necesita decir. Chivo puede ser “Ok, está bien, bueno, me gusta, estoy de acuerdo, démosle”. Chivísimo puede subrayar la intensidad de nuestro gusto o alegría. ¡Qué chivo! es una expresión de admiración y contento, de emoción cuando nos alegramos mucho por algo o alguien.

La fama o la escritura

Muchas veces me sorprende la inmensa cantidad de personas que, en los perfiles de sus redes sociales, se presentan como “escritores”. La mayoría no tienen libros publicados, premios literarios ganados o una trayectoria que nos permita conocer y acceder a una obra en construcción. Quizás se trata de gente que está comenzando en el oficio o que trabajan en algunas pequeñas empresas que se dedican a escribir textos para páginas web, presentaciones y discursos, los ahora llamados “escritores fantasma” que, aunque producen contenidos escritos, jamás pueden firmar con su nombre verdadero porque lo hacen como parte de su trabajo. Esto podría llevarnos a la ociosa discusión de definir quién puede ser considerado escritor y quién no. ¿Es escritor quien publica libros en papel? ¿Es escritor quien escribe, pero guarda para sí todo lo redactado? ¿El medio de publicación define al escritor o es la persona misma quien debe y puede definirse como tal?

Memorias culturales

Hace poco, ordenando algunas cosas, encontré una caja llena de revistas y suplementos de periódico. Mi primera reacción fue apartar su contenido para donarlo como papel de reciclaje. Pero al ir sacando el material cambié de opinión. Se trataba de varias revistas culturales, una improvisada colección que reuní hace algunos años. Parte de ese material es salvadoreño, pero también hay publicaciones de otros países centroamericanos. La mayoría son de los años 90 y de inicios de los años 2000, un tiempo en que no existían redes sociales y en el que todavía dependíamos de la impresión en papel para dar a conocer materiales culturales. Artefacto y El ángel pobre de Nicaragua, Magna Terra y El borracho de Guatemala, Los amigos de lo ajeno de Costa Rica, Sagatara y Alkimia de El Salvador fueron parte de la efervescencia de ideas que tomó un renovado impulso, luego de una década de guerras y conflictos bélicos en buena parte de la región.

Míster Eléctrico

En el otoño de 1932, un niño de 12 años llamado Ray Douglas Bradbury, regresaba junto con su familia del entierro de su tío favorito. Mientras el coche avanzaba, Ray miró hacia la orilla del Lago Michigan y distinguió las carpas del circo Dill Brothers Combined Shows, que había llegado a la ciudad la noche anterior. El niño urgió al padre que detuviera el coche. Éste se molestó ya que recién venían de un entierro, pero finalmente se detuvo y Ray Bradbury salió corriendo loma abajo hasta llegar al circo. Lo primero que vio cuando llegó fue a un hombre al que llamaban Míster Eléctrico. Estaba sentado sobre una plataforma, en la entrada principal del lugar. En aquellos días, Ray estaba fascinado con la magia. De hecho, llegó a pensar que, “cuando fuera grande”, sería un mago profesional. Fue el pretexto ideal para acercarse a Míster Eléctrico: le pidió que le explicara cómo hacer un truco de magia. Eléctrico complació la petición y le enseñó algún truco. Luego lo llevó a conocer a los otros …