Year: 2016
Entre mentiras y silencios
Mark Bellison vive en un mundo donde nadie calla su verdadera opinión de las cosas. Donde todos dicen siempre la verdad. Donde nadie miente ni ha mentido, jamás. Mark se topa con un vecino en la puerta del elevador, por ejemplo, y le pregunta el clásico “¿cómo estás?”. El vecino le dice que no está nada bien, tanto así que planea suicidarse esa misma tarde. Se lo suelta con toda normalidad y así mismo reacciona Mark ante la noticia, porque a fin de cuentas, el vecino no es una persona que le interese mucho y le da igual si vive o muere. A Mark no le va muy bien en la vida. Está mal en su trabajo, le gusta una mujer que no está interesada en él y además tiene apuros para pagar el alquiler. Va al banco, descorazonado. Pero justamente cuando es su turno ante la ventanilla, la empleada le dice que el sistema se ha caído. Mark necesita 800 dólares, pero sabe que sólo tiene 300. Sin embargo, la situación del sistema caído …
Editoriales independientes en El Salvador
Máquinas obedientes
La vida de Lacey transcurre en un mundo donde todos cargan su celular en la mano para calificar con un puntaje –de 1 a 5 estrellas– a cualquiera con quien se tenga algún tipo de interacción. Ser popular en redes significa adquirir oportunidades para mejorar el estatus de vida. Por eso, Lacey trata de comportarse aún más sociable y simpática que de costumbre, incluso con personas que detesta, porque su meta es vivir en un mejor apartamento. Lacey finge amistad, sonrisas y cordialidad con las personas convenientes. La falsa amabilidad es solamente una herramienta para el logro de su objetivo. En el fondo, no siente simpatía ni consideración sincera por los demás. Pero cuando su verdadero yo aflora, ése que no está calculado y actuado para ganar popularidad en redes, las cosas se complican mucho. Este es el argumento del primer episodio de la tercera temporada de Black Mirror. Transmitida por Netflix, la serie habla del peligro que implica el uso de la tecnología en el control y la manipulación de la conducta humana. Ubicados …
Libros de Bob Dylan
En busca del silencio perdido
Hace casi seis años, cuando me mudé a vivir a la casa desde donde escribo esta columna, me arrepentí casi de inmediato. Ubicada a escasos metros de la Carretera Panamericana, el ruido del tráfico vehicular era intenso, día y noche, siempre. La casa vibraba mucho y el ruido era incesante. Un día la situación me desesperó tanto que me puse a llorar. Pensé que iba a perder la razón escuchando vehículos día y noche, sin descanso. Añoraba unas horas de silencio total, sobre todo en las noches, cuando el ruido me hacía difícil dormir. Sentí nostalgia por el canto de los grillos en la noche y por el canto de los pájaros al amanecer. Después de una semana, recordando que tenía firmado un contrato para un año de alquiler y lo mucho que me había costado encontrar una casa según mis necesidades, asumí que no había nada más que hacer que adaptarse. Cuando llegué a esa conclusión, también se activó algún mecanismo de defensa en mi cuerpo. El ruido vehicular pasó a un segundo plano …
Laika
Como todo perro callejero, tuvo varios nombres. Fue llamada Krudyavka (rizada, por la forma de su cola), Zhuchka (pequeño insecto) y Limonchik (limoncito). Pero esta perrita de caza siberiana, similar a un fox terrier, alcanzaría la inmortalidad bajo el nombre de Laika, que significa “ladradora”, en ruso. Cuando fue capturada en alguna calle de Moscú, tenía unos 3 años y pesaba 12 libras. Fue llevada al Instituto de Medicina Aeronáutica donde otras perras eran sometidas a experimentos sobre la reacción de los animales en vuelos de máxima altitud. El objetivo era, finalmente, probar si un ser vivo podría resistir un viaje espacial. Se seleccionaron hembras por su forma de orinar. Un macho levantaría la pata y ocuparía demasiado espacio en la pequeña cápsula que se tenía planificada para la eventual cosmonauta canina. Y es que en cosa de un mes, luego del exitoso lanzamiento del Sputnik 1, el 4 de octubre de 1957, por parte de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el entonces gobernante Nikita Khrushchev se empeñó en que era hora de lanzar …
Ricardo Lindo #EscritoresSalvadoreños
“Lento poema de los mares”, Ricardo Lindo
Para Zipacná de León Yo quisiera escribir un poema del mar, Un lento, largo poema de los mares, De todos los mares del mundo, De los que conozco y de los que me quedan por conocer, Porque han estado más lejos de mis manos y mis pies, Y del tiempo que me ha tocado vivir. Yo quisiera escribir un poema del mar de mi tierra, Y de todos los mares de todas las tierras, Del planeta que gira en la pecera de cristal del espacio, Pez redondo rodeado de sí mismo hasta el aire, Navegando en el lento mar del espacio. Yo recuerdo una noche, Y estoy tan lejos de mí mismo que aún me queda una noche Yo recuerdo una noche hecha del tejido de sí misma hasta el aire, Donde el mar resplandece de plancton como habitado Por astros innumerables y diminutos, Suspendidos sobre la superficie de las aguas En el horizonte del aire. Cada gota está habitada por un pequeño dios luminoso, O por muchos millones de dioses luminosos. Levanto cien en …
Noticias desde la Calle Desolación
Que le hayan dado el Premio Nobel de Literatura 2016 a Bob Dylan, un cantautor, no me sorprende. No siento que sea “un insulto a los escritores o a la literatura”, ni tampoco que “la literatura ha muerto” por eso, como dijeron muchos detractores de esta designación, entre ellos, varios escritores reconocidos. ¿Por qué tanto desgarrarse las vestiduras por un premio literario, no importando cómo se llame el premio o el ganador del mismo? La literatura no es competencia. El Nobel no es un sello indiscutible, absoluto e incuestionable de calidad. Hay docenas de ganadores del Nobel de Literatura que son desconocidos y que están en el olvido, a pesar de haberlo ganado. Los sorprendidos porque el Nobel de Literatura se le concediera este año a un músico, aprovechan también para despotricar contra la ganadora del año pasado, una periodista. Son sus argumentos para decir que en Suecia ya no saben lo que es literatura. Olvidan o ignoran que en 1953, el estadista británico Sir Winston Churchill ganó el mismo premio por “su maestría en …
Gomorra: el libro y la serie
No es país para viejos
Por los múltiples ires y venires de mi vida, supe desde años atrás que para mí no habrá nunca una pensión para retirarme de la vida laboral a ninguna edad. Desde hace años tengo claro que lo que me toca es trabajar hasta morir y que, si las cosas se ponen demasiado complicadas, tocará albergarme en alguna institución pública o debajo de algún puente para pasar mi decadencia final. No es una perspectiva estimulante ni mucho menos lo que quiero para mi vida, pero es mi realidad. Quizás por eso siempre miré a mis pocos amigos que tienen trabajo estable con cierta envidia, por la tranquilidad mental que concede el saber que tienen recursos para el futuro y que eso les ayudaría a conservar no sólo sus condiciones de vida actuales, sino sobre todo, la independencia y la dignidad que todo ser humano desea y merece, sin importar su edad ni su condición social. Una dignidad que se hace tanto más importante hacia el final de la vida, en que todos quisiéramos poder retirarnos de …