Month: May 2014

Nuestro rostro literario

No todo es oscuridad y violencia en Centroamérica. También tenemos momentos luminosos. Eso quedó confirmado entre los días 7 y 10 de mayo de este año, cuando se llevó a cabo en Managua la segunda edición del Encuentro de Narradores Centroamérica Cuenta. El evento reunió a casi 50 participantes, la mayoría de ellos escritores, pero también periodistas, editores y traductores, que nos encontramos para dialogar e intercambiar impresiones sobre la realidad literaria de la región. El evento fue convocado por la revista electrónica Carátula, dirigida por el escritor Sergio Ramírez. Hay que destacar el esfuerzo que ha venido haciendo Sergio desde hace varios años para lograr que la literatura de la región centroamericana sea más visible a nivel internacional, pero también para crear puntos de encuentro, sea en el mundo virtual o en eventos literarios. Ahora se concreta una cita presencial en nuestra propia región, que tiene la intención de convertirse en un evento de convocatoria anual y que aumentará el número de países invitados año con año. Centroamérica cuenta tuvo el patrocinio y colaboración …

The Negro Speaks of Rivers, Langston Hughes

I’ve known rivers: I’ve known rivers ancient as the world and older than the flow of human blood in human veins. My soul has grown deep like the rivers. I bathed in the Euphrates when dawns were young. I built my hut near the Congo and it lulled me to sleep. I looked upon the Nile and raised the pyramids above it. I heard the singing of the Mississippi when Abe Lincoln went down to New Orleans, and I’ve seen its muddy bosom turn all golden in the sunset. I’ve known rivers: Ancient, dusky rivers. My soul has grown deep like the rivers.

Los hombres de anaranjado

Desde octubre del año pasado, los trabajadores del Ministerio de Obras Públicas (MOP) se han convertido en parte de mi vida. Desde la ventana de mi estudio, en el segundo piso de mi casa, puedo ver hacia la Carretera Panamericana donde están trabajando. Un día cualquiera aparecieron en el lugar y no han vuelto a irse. Me asomo a la ventana o a la calle a verlos trabajar cada vez que el ruido que producen las máquinas rompe mi concentración en el trabajo. Así, de escena en escena, he ido observando todo el proceso de trabajo de la carretera. Desde el momento en que trituraron el asfalto hasta la puesta del concreto. He visto a los hombres del MOP ir y venir, con sus camisas anaranjado fosforescente, desteñidas por el sol inclemente de este lugar donde antes había cafetales y árboles y que ahora se convirtió en centros comerciales, colonias de gente pudiente y creo que hasta en un campo de golf. Y carreteras, claro, porque el salvadoreño ama a sus carreteras. Un día cualquiera …