Releer
Hace pocas semanas terminé de releer Moby Dick, la novela del estadounidense Herman Melville. Aunque la leí en algún momento de mi adolescencia, sentí como si lo hacía por primera vez. No descarto que lo que leí en el pasado haya sido alguna versión condensaba, porque no recordaba una serie inmensa de detalles que me impresionaron mucho en esta ocasión. Lo leí a mi ritmo y tardé más de un año para terminar. Me maravillé de nuevo con su lectura y, aunque es extenso, no quería que se me terminara. Decidí hacer esta lectura en el idioma original, lo cual sin duda le agregó novedad. Si en la primera lectura descubrí una historia interesante, en la segunda descubrí detalles técnicos y de lenguaje que no percibí antes. También pude comprender por qué hay gente que la odia. La novela de Melville tiene la lentitud propia de las navegaciones de antaño. Además de la persecución del cachalote blanco por el barco Pequod, comandado por el obsesivo capitán Ahab, el libro es todo un manual de navegación …