Una noche de 1904
Una noche de inicios de junio de 1904, un hombre de 22 años vagaba atribulado por las calles de Dublín, Irlanda. La madre del joven, Mary Jane Joyce, había muerto hacía poco tiempo. La noticia del cáncer de su madre lo obligó a abandonar París, donde vivía, o mejor dicho, sobrevivía. El muchacho había partido con la ambición de estudiar medicina, pero el infortunio económico en el que cayó la familia a raíz del desempleo del padre, le obligó a dejar los estudios y a trabajar en oficios varios, ganando apenas lo necesario para pasar el día. A veces, ni para eso. Hubo muchos días de hambre y eso atribulaba a su madre en Irlanda, quien lloraba al recibir sus cartas.