Días de radio
Cuando era niña, un objeto imprescindible en casa era el radio. Había uno encendido de manera permanente en el comedor. Mi padre tenía uno con el que escuchaba radio en onda corta por las noches, cuando la señal entraba mejor. En la puerta del baño, en un ganchito, estaba colgado uno pequeño, metido en un estuche negro de cuero, que se encendía para oír música mientras alguien se bañaba. Incluso yo, que sólo era una niña, tenía un receptor para oír lo que quisiera. El radio del comedor pasaba encendido en las mañanas con las radionovelas de la Circuito YSR (“… la emisora popular, por su música y novelas, la preferida, tun tun tun, en el hogar”, cantaban en su jingle). Mi favorita era Chucho El Roto, la historia de Jesús Arriaga, “un hombre que protegió a los pobres y luchó contra la injusticia”, como decía la viñeta de presentación. Estas palabras iban seguidas de un silbido que era característico del personaje y que anunciaba su presencia durante la historia. “El pobre será menos triste …