Instantáneas de Chile (I)
1. Para tomar este avión me levanté a las 3:45 de la mañana y no he podido hacer nada más que dormitar en todo el trayecto. No sé de mí. No he podido leer ni tener pensamientos coherentes. He devorado todo lo que los personeros del avión me han puesto delante. Me ha sabido bien. Luego he vuelto a dormir con la incomodidad que se sufre en los aviones, con la certeza de que la migraña hará su aparición porque uno de mis detonantes personales es el desvelo. Siento ya la presión en el ojo izquierdo, que es el anuncio implacable de la misma. De pronto la voz del capitán dice: “los pasajeros que están sentados a la izquierda del avión podrán asomarse a la ventanilla y ver la Cordillera de Los Andes”. Caigo en la cuenta de que soy uno de esos pasajeros pero voy en el asiento del pasillo así es que medio alcanzo a ver la ventanilla desde donde estoy. En efecto, espléndida, la visión de Los Andes que se extenderá durante …