Burbuja rota
Hay demasiadas cosas pasando al mismo tiempo, cosas de las cuales resulta difícil abstraerse. Hasta el fondo de la burbuja que cada quien ha creado para protegerse de la pandemia, llegan las noticias de otras burbujas, comunicados asépticos y fríos por la falta de un cara a cara, de la mirada no pixeleada por alguna aplicación. Por mensajería electrónica, confesamos nuestras preocupaciones en confianza. Un amigo dice estar desesperado, ansioso por salir a la calle, abrumado por convivir tanto tiempo, todo el tiempo, con su grupo familiar. Pelean por cualquier cosa. Otro me dice que ha bajado mucho de peso, una talla completa de pantalón, para ser exactos, porque cada quien maneja sus tensiones de otra manera. Algunos comen por ansiedad. A otros, se nos cierra el estómago de la preocupación. Algunos, demasiados, se aburren con el súbito tiempo libre del cual disponen. Otros se abruman por la soledad. Hay quienes pueden abstraerse del estado de ánimo general e inventan sus propias formas de evasión, utilizando el tiempo para leer, tomar cursos, ver películas o …