Flores chinas
Se sabe que los juegos pirotécnicos se originaron en la antigua China. Como muchos inventos, su descubrimiento fue casual. Algún cocinero hizo experimentos combinando caña de bambú, azufre, sal y carbón, lo que provocó una pequeña explosión en su cocina y la emisión de una bellísima bengala centelleante. La pólvora ya era utilizada con fines militares. Los niños, como entretenimiento, tiraban al fuego tallos de bambú, que provocaban explosiones de fuerte sonido. Con el tiempo, los tallos fueron rellenados con pólvora, hojas de papel y una mecha, naciendo así los primeros petardos o cohetes. Se fueron haciendo mezclas con otras sustancias químicas que llevaron a la creación de los fuegos artificiales o “flores chinas”, como las llamó el cronista sirio Hasan al-Rammah. Su origen tenía que ver con el uso militar de la pólvora, ya que era necesario crear humo de varios colores para enviar mensajes a gran distancia. No faltó mucho para que fueran adaptadas como forma de entretenimiento para los emperadores.