Month: April 2015

Currucucucú

Estoy lista para sentarme a escribir esta columna. Reviso apuntes. Trato de aterrizar uno de los tres temas que tengo en mente. Abro la plantilla correspondiente en la compu. En ese momento, una paloma de monte aterriza en el balcón de la ventana que tengo junto a mi escritorio. Me quedo inmóvil, con los dedos sobre el teclado, viéndola. Ella ladea la cabeza con movimientos cortos, intentando ver hacia adentro a través del vidrio cerrado. Me pregunto qué pensará la paloma al ver dos paredes forradas de libros y un par de sillas. Se preguntará por la falta de árboles, por la falta de agua, por la falta de flores.

Pronto: El asesino melancólico de Jacinta Escudos

El pasado lunes me confirmaron por parte de la editorial que mi novela El asesino melancólico, ya salió de imprenta. No he visto el libro en físico todavía, pero les comparto el diseño de portada. Mis agradecimientos a Sergio Ramírez y Mauricio Orellana Suárez, por sus generosos comentarios sobre la novela citados en la contraportada. También mi agradecimiento a Sandro Stivella por mi foto de solapa. Y también a todo el equipo de Random House, que en medio de la fusión con los sellos del Grupo Prisa, continuó con el trabajo de producción del libro. A partir de mayo, la novela estará disponible en librerías de México y Centroamérica. Por el momento, desconozco precio de venta al público, nombres específicos de librerías o fechas de presentaciones, pero en su debido momento compartiré la información. También habrá versión e-book (costará $7.99, pero todavía no está disponible para la venta). Gracias por la paciencia, por estar pendientes y por la expectativa de todos.

Fotografías

Buscando algo en unas cajas llenas de papeles, encontré lo que pensé perdido: fotos de los años 80, de cuando trabajaba en Río San Juan, Nicaragua. La emoción duró poco. Cuando las saqué del sobre, descubrí que estaban pegadas. Ni siquiera hice el intento de separarlas porque temí se dañaran aún más. Sólo podía consolarme viendo la foto de encima, también dañada: se ve a un hombre alto y flaco llamado Donald, un panguero que me acompañó numerosas veces en mis viajes de trabajo por el río; yo a su lado, con un cigarro en la mano izquierda y con unas botas militares coreanas que me ponía para andar por aquellos parajes. Estamos en el muelle de El Castillo de la Inmaculada Concepción. Detrás nuestro está el río.