Soy una de tantas personas que amaneció desempleada en 2014. A fines de octubre del 2013, la fundación que subsidiaba el proyecto en el que trabajaba, decidió suspender el financiamiento. La medida se hizo efectiva a partir del 1 de enero. El equipo de producción del proyecto, donde me desempeño como editora regional para Latinoamérica de una página web con 126 escritores de 60 países, decidimos seguir adelante. Nos parece que el esfuerzo y el trabajo de los últimos 4 años no pueden terminar sin dar la lucha. Pensamos que crear y manejar una red tan grande de personas alrededor del mundo, para escribir sobre temas de globalización y economía, es un gran logro. De hecho hasta ganamos un premio en Alemania por ello. Ahora buscamos financiamiento, alianzas, nuevos modelos de negocios. Sigo teniendo el cargo, pero mi trabajo es voluntario. Así es que debo encontrar un trabajo remunerado. Cuento todo esto para hacer constar que no fui despedida. Comencé así el calvario de buscar empleo. Me sorprendió la reacción de algunas personas. Al decirles …