Month: July 2023

Un perro, de espaldas, viendo cómo se aleja un carro por la carretera.

Convivencia digna con los animales

Para quienes nos gustan los animales, hay un problema que no puede escapar de nuestra atención: los animales abandonados y la falta de programas u opciones para su sobrevivencia. Varios de los aspectos a considerar sobre este problema tienen un origen cultural. Crecemos y nos criamos en sociedades que miran a los perros y gatos como subordinados, como seres inferiores cuyas vidas están sujetas a nuestras decisiones y caprichos. Los animales callejeros son vistos como un estorbo, como una amenaza de salud y como una impertinencia. No pensamos que, la mayoría de veces, viven en la calle como resultado de nuestra propia negligencia.

Gato viendo hacia la cámara, junto a una ventana. Pecho y trompa blancos y cabeza rayada en tonos café (tabby cat).

Un duelo real

Quienes convivimos con animales domésticos lo sabemos: cuando uno de nuestros compañeros animales muere, el duelo que atravesamos lo tenemos que vivir en silencio y en solitario. No solemos hablar del dolor que nos causa la muerte de uno de nuestros animales, porque hay un rechazo social a expresarlo. Detrás de ello está esa noción de que los humanos somos superiores y más valiosos que cualquier otro ser o elemento de la creación, un prejuicio social que minimiza la pérdida de un animal y que, por contraste, lo hace parecer como algo menos importante que la muerte de un ser humano. Es como si hubiera una categorización en cuanto a los niveles y las calidades del dolor y de la pérdida.

Teatro Nacional, Catedral y Banco Hipotecario, centro de San Salvador

La ciudad perdida

El centro de San Salvador es un lugar muy importante en mi formación personal. Mi padre tuvo allí su oficina de importaciones comerciales durante poco más de tres décadas, en un edificio del Pasaje Montalvo. Se mantuvo ahí hasta que a fines de los 80 decidió trasladar todo a nuestra casa en Los Planes de Renderos. Por incontables situaciones, me tocaba pasar tardes o días enteros en dicha oficina. Mientras él y su hermano, mi tío Ricardo, trabajaban en sus escritorios, yo me entretenía con las sillas de rueditas, los artículos de oficina, los muestrarios de mercadería y, sobre todo, con las máquinas de escribir.