Year: 2013

Poe: un personaje de sí mismo

El 3 de octubre de 1849, un hombre delirante que necesitaba auxilio fue encontrado en las calles de la ciudad de Baltimore. Ese hombre fue llevado al Washington Medical College donde murió cuatro días después. El delirante nunca recuperó la cordura ni explicó lo que le ocurrió. Ese hombre era Edgar Allan Poe. Tenía 40 años. Los periódicos de la época reportaron que había muerto por “congestión cerebral”, un término común para referirse a una causa de muerte “no respetable”. El certificado de defunción y sus registros médicos desaparecieron tiempo después. Eso impide al día de hoy definir cuál fue la causa exacta de su muerte. Se especula que pudo ser por delirium tremens, epilepsia, sífilis, meningitis, cólera, rabia o una condición cardíaca. Hay también quien sostiene que Poe fue víctima de una práctica conocida como “cooping” (que traducida significaría “enjaulamiento”). Esta práctica era llevada a cabo durante el siglo XIX en días de votaciones. Pandillas secuestraban a gente cualquiera de la calle, la encerraban, les daban alcohol o drogas y los obligaban a ir …

Archivos del dolor nacional

“A mi hermano lo mataron en Zaragoza en 1987”, dijo la mujer. La escuchábamos un hombre que estaba sentado en la cuneta, dos policías y yo. Estábamos en una de las varias protestas que han ocurrido frente al Arzobispado de San Salvador, desde que se diera a conocer la disolución de Tutela Legal el pasado 30 de septiembre. La mujer estaba tan curtida por el paso del tiempo y las dificultades, que me fue imposible calcular su edad. Tendría más de 60 años, aunque no me sorprendería que fuera menor. Su hermano había sido guerrillero. En algún momento se retiró y volvió a su hogar, sobre todo para tranquilizar a su madre, quien sufría mucho ante la incertidumbre del destino de su hijo. Por algún motivo que no detalló, el hombre tuvo que irse a un refugio. Allí llegó el ejército a capturar gente, entre ellos a su hermano, que jamás regresó. La mujer se dio a la tarea, por demás peligrosa en aquel tiempo, de averiguar su paradero. Logró descubrir no sólo que a …

Otra cara de nuestra religiosidad

Llama la atención que en un país tan religioso como el nuestro, el estudio, la discusión y la investigación sobre nuestras creencias y prácticas espirituales es aún incipiente. Para muchos, la práctica de una religión es considerada como algo imprescindible. Es común que la religión que se practica en el grupo familiar sea aceptada por tradición, sin realmente vivir la fe ni creer en sus preceptos. Escasos son los que tienen alguna epifanía o revelación personal que les permite encontrar su camino espiritual. Y pocos, muy pocos, son aquellos que, con la mente abierta y sin prejuicio alguno, se toman el trabajo de acercarse a diferentes religiones y prácticas para estudiarlas, informarse y conocerlas. Por desgracia, en El Salvador, hablar de creencias religiosas diversas es un tema tabú. Se asume que la religión católica, practicada por la mayoría de la población, es la “única y verdadera”, despreciando  otras denominaciones y prácticas. Lo que a muchos se les olvida, o lo que ignoran, es que en nuestro país varias religiones conviven en el mismo territorio de …

Una noche en Marshall Point

Para llegar a la comunidad garífuna de Marshall Point, hay que cruzar Laguna de Perlas, en la Costa Atlántica de Nicaragua. La Laguna es de dimensiones gigantescas. O por lo menos así parece cuando se está sentada en una lancha o panga (como la llaman allá) con capacidad para unas 8 o 10 personas. Las aguas de la laguna son temperamentales. De madrugada el agua es mansa. Es cuando la gente sale a pescar. En el transcurso de la mañana, y a lo largo del día, las olas se ponen violentas, tanto que a veces su navegación llega a ser peligrosa. No son extraños los infortunios. Pangas que se dan vuelta en alguna tormenta, cuando las aguas de la Laguna son furiosas. Tienen los misquitos una leyenda sobre la Laguna: dicen que en el fondo de ella vive una sirena. Y que cuando las embarcaciones se dan vuelta, ella sube a llevarse a alguien al fondo del agua. Por eso, cuando alguien se ahoga en Laguna de Perlas y no aparece su cadáver, dicen que …

Calidad y bestsellers

En 1989, el escritor estadounidense Ken Follett publicó la novela Los pilares de la tierra. Para Follett este libro era una apuesta arriesgada. Sus novelas anteriores eran del género de suspenso. Pero Follett se había obsesionado con la historia de la construcción de una catedral. Visitó tantas catedrales como pudo, leyó varios libros sobre arquitectura de catedrales. Y terminó escribiendo una novela alrededor del tema. Su editor no estaba muy entusiasmado con la idea, pero apostó por Follett porque sus libros son garantía de ventas. Pensó que lo peor que podía pasar es que el libro se vendiera menos de lo usual, aunque un margen de ganancia estaba asegurado de antemano gracias a la fama de Follett. Es un autor que suele figurar en la lista de los diez escritores más ricos del mundo. Sus libros han vendido millones de copias. Los pilares de la tierra no sólo se vendió muy bien sino que se convirtió en el libro más vendido de Follett hasta ese momento. En el año 2007, la fama de la novela …

El silencio y la memoria

¿En qué momento el Pasado se convierte en Historia? ¿Es el rescate de la memoria el paso intermedio necesario, el eslabón que une a ambos? ¿Qué pasa cuando un país o una sociedad cultivan el silencio que suprime los hechos incómodos o vergonzosos? El silencio sobre ciertos eventos de la historia nacional reciente es uno de los obstáculos que enfrentan los investigadores al intentar reconstruir los hechos de la guerra de los 80 en El Salvador. Hace unas semanas, la académica Evelyn Galindo-Doucette, en su columna de la revista digital ContrACultura, planteaba en torno a este tema algunas preguntas interesantes: ¿Hay una ética de memoria y olvido en El Salvador? ¿Qué perspectivas se excluyen de la memoria “oficial”? ¿Cuáles son los silencios y tabúes en la guerra de los 80 en El Salvador? El silencio sobre alguno de los hechos de la guerra puede estar enraizado en códigos de conducta impuestos por los bandos en contienda y que, bajo la consigna de estar en guerra, exigía de todos los involucrados la secretividad como norma de disciplina …

El escritor es un pasajero solitario

Hace tres meses comencé a escribir un cuento. Pero en el transcurso de la redacción comprendí que lo mejor era escribir toda una novela, porque era necesario explicar con detalle el contexto de la historia en cuestión. (Lamento no poder decirles de qué se trata. Hay una superstición entre escritores que yo respeto mucho: si uno cuenta lo que está escribiendo, el texto “se sala”, ya no se escribe). Comencé a escribir la novela sin tener una estructura. La he ido armando en el camino. Definí seis capítulos pero a medida que fui escribiendo reconocí que tenía que agregar otros dos. Luego, se me ocurrió incorporar un personaje que no estaba planeado. Cuando definí esos capítulos y el personaje nuevo, me sentí eufórica. Había resuelto varios problemas. El entusiasmo que sentí fue tan grande que quería contárselo a alguien. ¿Pero a quién? Entonces pensé en eso que llaman la soledad del escritor. Le tengo rechazo al término porque se suele hablar del asunto con un drama innecesario, a mi parecer. Por lo general se habla …

Segundas lecturas

La primera vez que leí El viejo y el mar de Ernest Hemingway no me gustó para nada. Me pareció una novela aburrida, sin gracia alguna. Tenía unos 15 o 16 años. Leí el libro por obligación, como parte de las asignaciones escolares. Cada vez que mencionaban El viejo y el mar lo primero que recordaba era el aburrimiento que me causó leerlo. Tenía una sensación de pesadez. De desagrado. De la historia no recordaba prácticamente nada ni me importaba, por muy Premio Nobel de Literatura que hubiera sido Hemingway. Muchos años después, no recuerdo por qué, tomé el libro y comencé a leerlo. Descubrí un mundo nuevo, diferente. Me enganché tanto que dejé de hacer todo lo demás hasta terminar de leerlo, en una sola sentada. Me pareció apasionante. Esa segunda lectura borró aquella sensación negativa que tenía del libro. Me gustó la sencillez del lenguaje, la construcción de las frases y la secuencia lineal. Eso le da al texto una sensación de espacio, de aire. Hemingway construye el ambiente necesario para que el …

La que escribe en el periódico

La revista Séptimo Sentido cumplió cinco años hace poco. Y por tanto, esta columna también cumplió cinco años, ya que apareció desde el primer número de la misma. Mil gracias a La Prensa Gráfica y a los que pensaron en mí para acompañarlos desde el inicio de la revista. La primera columna, apenas hoy puedo decirlo, tenía un error en su título. Se publicó como “CRM” pero debió haberse llamado “CMR”, porque las letras correspondían a las iniciales del poeta nicaragüense Carlos Martínez Rivas, de quien hablaba en esa primera entrega. El error fue mío. Ocurrió porque sufro de una dosis impertinente de dislexia, que me hace cometer ese tipo de errores con relativa frecuencia. No me di cuenta del error hasta la noche antes de su publicación. Me ha mortificado desde entonces. Así es que aprovecho esta oportunidad para disculparme y rectificar. Nunca es tarde. También quiero aprovechar para darles las gracias a ustedes, los lectores. Diré, sin falsa humildad, que sé que hay gente allá afuera que me lee. Lo sé porque me …

Al borde del abismo

(El pasado 29 de junio, la revista Séptimo Sentido cumplió cinco años de publicación. Esta columna, “Gabinete Caligari” cumple igual número de años, ya que se apareció desde el primer número de la revista. Aprovecho para dar un inmenso gracias a todos los que han leído, seguido, compartido y comentado esta columna a lo largo de todos estos años. Espero que podamos continuar varios años más).  Cada vez que llueve de manera prolongada o con mucha intensidad, entro en angustia. Si la lluvia es de noche o de madrugada, me levanto de inmediato, enciendo las luces y me mantengo en vigilia hasta que la lluvia pasa. Y ni eso me tranquiliza. La casa en la que vivo está ubicada, literalmente, al borde de un abismo. En el 2008, la empresa guatemalteca Inmobiliaria El Bosque comenzó la construcción de lo que sería un complejo de cuatro torres, de 24, 26, 31 y 36 pisos, con su respectivo parqueo subterráneo y helipuerto. El complejo, llamado Europlaza World Business Hotel El Salvador, sería una réplica de un complejo …

Confesiones de una viciosa

Confieso públicamente que tengo un vicio: acumulo libros. No puedo entrar a una librería sin dejar de comprar, por lo menos, uno. Cuando salgo sin comprar nada, me asusto. Me toco la frente para confirmar si no estoy enferma. El vicio comenzó con mi primer trabajo, a los 18 años. El primer sueldo que gané limpiando baños en un edificio de oficinas en Alemania, lo gasté en un blue jean, una blusa y un par de libros. Desde entonces no he parado. Acumulo más de lo que leo. En mi biblioteca calculo que hay un 25% de libros que no he leído. No sé cuántos volúmenes tengo en este momento. Digamos que son unos mil. Eso significaría que tengo alrededor de 250 libros sin leer. Durante años, mi compra de libros fue compulsiva. Compraba sobre todo tema que me interesara o que me llamara la atención, si la edición era atractiva, si el autor era conocido o no. Muchas fueron compras inútiles, libros que me decepcionaron o que me aburrieron y nunca terminé. En esa …