Los días más felices del boliviano Rodrigo Hasbún es una colección de 12 cuentos divididos en 3 secciones. En todos, los protagonistas son jóvenes que están en momentos definitorios de su vida, algo así como en el salto de la adolescencia al ser adulto o a un momento en que tendrán que definir cosas serias de su vida, dejar la casa, dejar de ser chicos para ser “grandes”, asumir la vida como seres adultos. La incertidumbre y la confusión son dos constantes en los personajes que vamos conociendo. En una de la secciones además, las historias les ocurren a los mismos personajes.
Con un estilo muy seco, sobrio, sin sentimentalismos por parte del autor para con sus personajes, las historias van plasmándose como si alguien nos contara una película sin comentarios extra. Es decir, alguien se limita a contarnos los hechos sin adornos de ninguna clase.
Los cuentos que más me gustaron fueron los de la primera parte, todos tocan las relaciones familiares; por ejemplo “Familia” donde un padre y una hija se encuentran pero son incapaces de comunicarse, ni siquiera de emprender una conversación normal o “Larga distancia”, donde padre e hijo hablan sobre algo que el hijo no debe hacer y por supuesto, es lo primero que hace.
La segunda parte enfoca relaciones de compañeros de estudios y es de las más dinámicas del libro, donde los personajes se miran presentes en los otros cuentos de la sección.
Llama también la atención la tercera parte donde Hasbún logra hacer algo de experimentación con la estructura del cuento como en “El lugar de las pérdidas” y ampliando el horizonte de los personajes de las narraciones, como si procediera de lo más íntimo a lo más vasto.
Pensando en el título se preguntaría uno: si estos son los días más felices ¿qué habrá en los días más sosos o en los más patéticos o en los más descarnados o en los más problemáticos? Quizás lo sepamos en un próximo libro de Hasbún. Quizás nos toque responder a nosotros esa pregunta en nuestras propias vidas.
Por el momento me queda pendiente por leer su novela El lugar del cuerpo y para conocer más de este autor, les comparto este artículo donde Hasbún explica un poco su estilo narrativo, algo que podría llamarse “la épica de lo mínimo”.
MUY EN LO PERSONAL CREO QUE ES BASTANTE DIFICIL SEÑALAR CON EXACTITUD CUÁLES HAN SIDO LOS DÍAS MÁS FELICES DE UNA PERSONA, DÉCADAS DESPUÉS DE HABERLOS VIVIDO. CON LA EDAD ADULTA, MADURA O SENIL VAN CAMBIANDO LAS FORMAS DE INTERPRETACIÓN DE LOS SENTIMIENTOS O SENSACIONES PASADOS. A VECES – CREO- ES INCLUSO DIFICIL EXPLICAR O COMPRENDER O EVALUAR QUÉ HA SIDO LO MÁS TRISTE O LO MÁS ALEGRE. A VECES DEPENDE- CREO TAMBIÉN- DE LA INTERIORIDAD, SENCILLÉZ O COMPLEJIDAD DE LAS ALMAS. YA HE TRANSITADO 83 INVIERNOS CON SUS 83 PRIMAVERAS Y A PESAR DE HABER TENIDO SUFRIMIENTOS Y PRIVACIONES, A ESTAS ALTURAS YA NO LOS CONSIDERO COMO TALES. MÁS BIEN TENGO TENDENCIA A RECORDAR LAS COSAS PASADAS COMO SI HUBIERAN SIDO ALEGRES O CONSTRUCTIVAS O NECESARIAS.
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