All posts tagged: escritores

Demasiados libros

A comienzos de noviembre se dio a conocer la noticia de que Lantia Publishing había comprado la empresa Círculo Rojo, una de las grandes marcas de autoedición en España. Con esta compra, Lantia Publishing se convierte en la mayor editorial española en el segmento de la autoedición. Círculo Rojo fue fundada en Almería en 2008 y, desde entonces, ha consolidado un catálogo de alrededor de 40.000 libros publicados por 36.000 autores de diversas nacionalidades. Por su parte, Lantia se suma con un catálogo que supera los cien mil títulos, escritos por 110.000 autores de 50 nacionalidades. Para hacernos una idea del volumen de libros que ambas editoriales producen, el Grupo Planeta publica anualmente alrededor de 2.500 libros repartidos entre todos sus sellos, mientras que Penguin Random House publica casi 2.000. Esta noticia es relevante para el mundo editorial y literario ya que demuestra algo: las empresas de autoedición publican más libros que la industria editorial formal. Las plataformas de auto publicación (entre ellas, el programa de Kindle Direct Publishing, de Amazon) ha permitido que toda …

Las columnas literarias

La revista cultural Letras Libres dedicó su número de agosto de este año a los clásicos de la columna literaria. La revista, que se publica tanto en México como en España, y que está disponible de manera gratuita en internet, reúne diferentes artículos que destacan la labor de varios escritores para quienes este género es parte esencial de su trayectoria. El texto de presentación se refiere a la columna personal como un texto a caballo entre el periodismo y la literatura, que es visto a menudo como un género menor, o también como “una intromisión del no especialista en la imperiosa actualidad o, en el peor de los casos, (como) un mero ejercicio narcisista”.

Vicios de lectura

La escritora argentina María Moreno suele contar la siguiente anécdota sobre Daniel Defoe. El autor inglés caminaba un día por las calles de Londres cuando una mujer lo reconoció. Se le acercó emocionada a saludarlo y a manifestarle todo su apoyo, ya que le parecía horrible lo que había tenido que vivir en la isla de su naufragio. La mujer se refería al argumento de la novela más conocida de Defoe, Robinson Crusoe, en que el personaje central naufraga y queda varado durante 28 años en una isla abandonada. Ahí tendrá que ingeniárselas para sobrevivir, mientras se enfrenta a diverso tipo de peligros, entre ellos, una tribu de caníbales.

Morir es un arte

La mañana del 11 de febrero de 1963, se levantó temprano. Aquel había sido uno de los inviernos londinenses más crudos y el frío sólo había servido para aumentar su depresión. Sus dos hijos dormían. Previendo que al levantarse tendrían hambre, fue hasta la cocina, sirvió un par de vasos con leche, preparó algo de pan con mantequilla y colocó los alimentos en el cuarto de los niños, sin hacer el menor ruido. Luego fue por toallas, todas las que pudo encontrar, y las mojó. Con ellas tapó la ranura inferior de la puerta, para aislar totalmente el cuarto de los pequeños. Revisó por última vez la nota que dejó sobre una mesa, dirigida a Trevor Thomas, el vecino que vivía en el apartamento debajo del suyo. En la carta estaba anotado el nombre y el teléfono de su doctor.

Imagen de Louis-Ferdinand Céline, de pie junto a un librero.

Los creadores malditos

Este año se conmemoran 50 años del fallecimiento del pintor español Pablo Picasso. El aniversario, que será observado con exposiciones en diversas ciudades del mundo, pone de nuevo sobre la mesa de discusión el siempre espinoso tema de cómo relacionarnos con la obra de artistas cuya calidad humana deja mucho que desear. Son muy conocidas las historias de cómo Picasso maltrató a las múltiples mujeres con las que se relacionó. Pese a ello, las exposiciones de Picasso continúan atrayendo a miles de espectadores y sus obras, incluso las menos conocidas, siguen vendiéndose en millones de dólares.

Foto en blanco y negro donde se mira parte de un teclado y dedos apretando las teclas.

Modernizar los derechos de autor

Cada 23 de abril se celebra el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor. Como suele ocurrir con la mayoría de las efemérides, es una ocasión propicia para varias reflexiones que, por desgracia, se miran opacadas por la excesiva comercialización de la fecha. Por eso esperé hasta hoy para hablar sobre este tema.La intención de conmemorar los derechos de autor en el Día del Libro debería servir para concientizar sobre la importancia de proteger los derechos de los creadores de obras literarias, artísticas, musicales y cinematográficas. La realidad es que dichos derechos son tomados como algo simbólico y carente de importancia. Pero los cambios de los paradigmas culturales y el acceso a las herramientas de inteligencia artificial hacen urgente su discusión y actualización.

El anonimato literario

Nunca he leído un libro de la escritora italiana Elena Ferrante, pero goza de todo mi respeto. A pesar de la gran popularidad que ha adquirido su obra, la autora (cuyo nombre es un seudónimo), prefiere mantenerse en el anonimato. No acude a presentaciones públicas o eventos literarios. Las escasas entrevistas que ha concedido, han sido respondidas por correo y a través de sus editores. Desde la publicación de su primera novela, L’amore molesto, en 1992, el anonimato fue una condición no negociable que solicitó para acordar la publicación. Lo admirable es que su editorial haya aceptado, empeñadas como están la mayoría en explotar la figura del autor como personaje público (algo que, argumentan, ayuda a aumentar las ventas). Sin embargo, la postura de Ferrante desmiente eso: millones de sus libros se han vendido en todo el mundo, pese a su no participación en eventos. ¿Es imprescindible, entonces, que los escritores tengan la excesiva presencia mediática que se les demanda hoy en día?

El cambiante panorama literario

Un estudio presentado durante el XXV Congreso de Librerías (celebrado entre el 22 y el 25 de junio pasado, en Madrid, España), afirma que el mayor problema que sufre la industria del libro es el exceso de novedades literarias. Según el mismo estudio, el 86 % de los títulos que se ofrecen en España venden menos de 50 ejemplares en todo el año. La velocidad a la que se van produciendo novedades literarias no permite que cada libro pueda tener el tiempo de exposición debida en librerías. A los pocos días, los libros pasan de la mesa de novedades a los anaqueles y a bodega, para dar cabida a lo nuevo. Los títulos que no muestran ningún movimiento suelen ser devueltos a las editoriales. Muchos de ellos irán a la trituradora para reciclar el papel y permitir tiradas de libros nuevos. Es una rueda de hámster que no se detiene.

Los pájaros cantaban en griego

El 28 de marzo de 1941, una mujer de 59 años paseaba cerca de las riberas del río Ouse. Había salido desde su casa, un lugar conocido como Monk’s House, en las afueras de Rodmell, en Sussex Este, Inglaterra. Durante su paseo, la mujer recogía piedras que iba metiendo en los bolsillos de su abrigo. Sembró el bastón en la orilla del río, en el lodo. Y siguió caminando hacia adentro, hacia el agua, hacia la parte más profunda del Ouse. Se alegró al notar que llenar sus bolsillos de piedras estaba funcionando. No le pasaría como hacía pocas semanas, que se metió al agua, pero flotó. Salió mojada y sucia. Al regresar a casa tuvo que mentirle a su esposo y decirle que se había caído. Ahora no habría mentiras. No flotaría. Ahora sería definitivo.

Un Planeta que no mola

Como parte de los festejos del 70 aniversario del concurso de la editorial española Planeta, el premio de este año fue otorgado a una novela titulada La bestia, cuya autora resultó ser Carmen Mola. Además, la bolsa del premio pasó de 600.000 euros a un millón, convirtiéndolo en el premio literario mejor dotado del mundo. En años recientes, Mola se convirtió en una autora super ventas al publicar en Alfaguara tres novelas del género policial. El personaje central de su trilogía es la inspectora Elena Blanco. Las novelas cuentan con una violencia chocante y gráfica, algo que contrastaba con el perfil de la escritora, que se definía como una profesora universitaria nacida en Madrid, casada y madre de tres hijos. No se sabía más porque ella misma había anunciado no querer dar entrevistas ni figurar en eventos públicos. Quería mantener su vida en privado y que los lectores se enfocaran en sus libros, un poco como lo hecho por la italiana Elena Ferrante. Pero la noche de la premiación, a la que incluso asistieron los …

Los diarios de la Sra. Highsmith

En 1995, Anna von Planta y Daniel Keel hicieron un descubrimiento valioso para el mundo literario. En un armario, escondidos detrás de sábanas y toallas, encontraron 56 cuadernos de espiral con los diarios de la escritora estadounidense Patricia Highsmith. Los cuadernos, todos escritos a mano, suman un total de ocho mil páginas. Von Planta, editora de Highsmith, y Keel, albacea literario de la escritora, trabajaron durante años para transcribir y editar los cuadernos, un proceso complicado debido a que Highsmith mantenía dos juegos de diarios: en uno hablaba estrictamente de sus asuntos literarios, las ideas para sus historias y sus reflexiones sobre el oficio de escribir; en el otro contaba sus recuerdos, anécdotas y reflexiones personales.

La fama o la escritura

Muchas veces me sorprende la inmensa cantidad de personas que, en los perfiles de sus redes sociales, se presentan como “escritores”. La mayoría no tienen libros publicados, premios literarios ganados o una trayectoria que nos permita conocer y acceder a una obra en construcción. Quizás se trata de gente que está comenzando en el oficio o que trabajan en algunas pequeñas empresas que se dedican a escribir textos para páginas web, presentaciones y discursos, los ahora llamados “escritores fantasma” que, aunque producen contenidos escritos, jamás pueden firmar con su nombre verdadero porque lo hacen como parte de su trabajo. Esto podría llevarnos a la ociosa discusión de definir quién puede ser considerado escritor y quién no. ¿Es escritor quien publica libros en papel? ¿Es escritor quien escribe, pero guarda para sí todo lo redactado? ¿El medio de publicación define al escritor o es la persona misma quien debe y puede definirse como tal?