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El valor de un libro

Cada vez que leo o me hacen la pregunta de cuál es el libro que salvaría de mi biblioteca personal en caso de un incendio, pienso en el mismo: la Antología de poesía surrealista francesa publicada por Ediciones Coma, de México, en 1981.  La compilación fue hecha por Julio Ulloa e incluye traducciones de Aldo Pellegrini, César Moro y Emilio A. Westphalen, entre otros. Hay una nota biográfica de los más de 50 autores incluidos y varios poemas de cada escritor. André Breton, Louis Aragón, Paul Eluard, Leonora Carrington, Benjamin Péret, Antonin Artaud, Tristán Tzara, René Char, Aimé Césaire, Jacques Prevert y Robert Desnos son algunos de los autores incluidos.

Funciones de una biblioteca nacional

En 1987, la UNESCO encargó a la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA, por su sigla en inglés), hacer una investigación para definir el concepto y funciones de las bibliotecas nacionales. Esta definición es importante para comprender sus objetivos y para distinguirlas de otro tipo de bibliotecas, cuyos destinatarios finales tienen intereses y necesidades diferentes. La UNESCO distingue seis tipos de bibliotecas: las nacionales, las universitarias, bibliotecas especializadas, las no especializadas, bibliotecas escolares y bibliotecas públicas. La IFLA, por su parte, señala que hay trece tipos de bibliotecas (aunque algunas podrían incluirse dentro de la clasificación de bibliotecas especializadas).

Prohibir libros

 Se está convirtiendo en costumbre. Cada tanto tiempo, alguna biblioteca escolar en los Estados Unidos recibe la orden de retirar numerosos libros por considerarlos “inapropiados” para los estudiantes. Volvió a ocurrir hace quince días en el condado Collier, del estado de Florida. Casi cuatrocientas obras literarias fueron retiradas de las bibliotecas escolares con el pretexto de acatar la ley 1069 de la legislación estatal, que limita la educación sexual en menores de edad. El criterio para retirar los libros es no exponer a los menores de edad a contenido sexual explícito.

Los ciclos despiadados de la historia

A veces, cuando me toca escribir esta columna, tengo muchos temas sobre los cuales me gustaría hablar. Hago listas de ideas que voy anotando, para que no se me olviden. Otras veces pareciera que no tengo nada que decir o, más bien, estoy como muda por dentro. Las palabras no brotan como yo quisiera porque hay asuntos que imponen silencio, asuntos ante los cuales, no se sabe qué decir. Hechos y eventos que nos abruman. Eso me pasó esta semana en que, al sentarme a seleccionar el tema de este texto, todo me parecía banal y frívolo, casi innecesario, en comparación con diferentes eventos mundiales y regionales, que veo acontecer.

Columnas de libros de segunda mano.

Libros de segunda mano

Como parte del reordenamiento del Centro Histórico de San Salvador, la Alcaldía ordenó el desalojo de varios vendedores ambulantes ubicados en los alrededores de la ex Lotería Nacional de Beneficencia, en la Avenida España. Entre los negocios afectados están un par de ventas de libros usados. Muchos nos enteramos de este desalojo a través de una nota de Diario El Mundo, donde el administrador de uno de dichos negocios comentó que pensaba rematar los libros a alguna recicladora de papel, ya que no podrá vender o disponer de todo el material para salvarlos antes de la fecha tope para su salida, fijada para el 17 de junio. De no hacerlo, los comerciantes se exponen al decomiso de su mercadería. Por ello prefieren liquidar al por mayor los libros y venderlos en fardos a alguna empresa de reciclaje, medida que, por lo menos, evitaría que tengan pérdidas totales.

Mapa mundi en tonos azules en el fondo. En primer plano, siluetas de personas en negro.

Literatura y movimiento

Las migraciones marcan los tiempos modernos como han marcado, de hecho, la historia de la humanidad. Los primeros habitantes del planeta fueron nómadas y aunque luego conocieron el sedentarismo, siempre hay quienes, por un motivo u otro, han continuado moviéndose, caminando, navegando, volando, huyendo, buscando, regresando, encontrando, reencontrando, descubriendo. El nomadismo pervive. Definir estos movimientos puede ser amplio: exilio interior, exilio forzado, migración económica, turismo, aventura. Los motivos para el movimiento son diversos como diversa es la gente y los medios por los que se ejecuta. Aviones, autobuses, vehículos, balsas, trenes, caminatas. Diverso es también el paisaje que se atraviesa, los riesgos que se corren. Pero algo unifica toda esta experiencia: el deseo del nómada por contarla, por darla a conocer. Puede ser como un testimonio de éxito; como una medida para prevenir de peligros a otros que estén por emprender la misma travesía; como una aventura que contar a los familiares y amigos; como un relato del asombro que provoca el paisaje y el descubrimiento; como una manera de comprender lo que se dejó …

Muerte lenta por murmullos

“Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo”. La primera vez que leí la frase fue a la luz de un par de quinqués, reunida la familia en la mesa del comedor. Días antes, los empleados de la Compañía de Alumbrado Eléctrico estaban en huelga en demanda de mejoras salariales. Como método de presión, habían comenzado a ejecutar apagones de una a dos horas en toda la capital, particularmente de noche. Era 1977 o 1978, los días en que la violencia política comenzó a superar la censura y el miedo. Íbamos camino a la guerra, sin saberlo. Comenzábamos a tomar conciencia de que esa sería nuestra normalidad durante los años por venir.

Sin novedad en el frente

El 9 de mayo de 1933, el día previo a la primera gran quema de libros realizada por el nazismo, se hizo llegar una circular a las sedes de las diferentes asociaciones locales que participarían en el evento. La mayoría de esas asociaciones eran de estudiantes miembros del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, quienes veían la quema de libros como un acto simbólico de purificación y sanación de su país.Al lanzar los libros a la hoguera, deberían leer las llamadas “Proclamas del fuego”, donde se enumeraban los motivos para quemar la obra de varios autores judíos, pero también de autores alemanes que escribían sobre psicoanálisis, marxismo, sexología, pacifismo y antimilitarismo. El séptimo enunciado de aquella proclama decía: “¡Contra la traición literaria a los soldados de la Gran Guerra, por la educación del pueblo entero dentro del espíritu militar! Entrego a las llamas los escritos de Erich Maria Remarque”.

Escribir sobre la humanidad

“Cuando una mujer escribe una novela protagonizada por una mujer, todo el mundo considera que está hablando sobre mujeres; mientras que cuando un hombre escribe una novela protagonizada por un hombre, todo el mundo considera que está hablando sobre el género humano”. Recordé esta frase de la escritora española Rosa Montero, incluida en el capítulo trece de su libro La loca de la casa, mientras leía las reacciones sobre la obra de la ganadora del premio Nobel de Literatura de este año, la francesa Annie Ernaux.

Ordenando la biblioteca

Aproveché las recientes vacaciones de agosto para arreglar uno de mis cuatro libreros. Tenía los libros puestos uno encima del otro sobre los estantes, pero no los había clasificado y ordenado. Estaban así desde hace casi un año, en que me vi obligada a mudarme. Falta de tiempo y de ánimo me hicieron posponer la tarea. Este librero en particular es el más grande que tengo. Los libros los pongo en doble fila para que quepa la mayor cantidad posible. Fui bajando y sacudiendo cada libro, al mismo tiempo que iba colocándolos en el suelo, en columnas, según la eventual clasificación que tendrían en el mueble (cuentos, novelas, psicología, historia, autores centroamericanos, poesía). En este librero también hay autores de los que tengo varios títulos3: Jorge Luis Borges, Marguerite Yourcenar, Juan Carlos Onetti, Yukio Mishima, Franz Kafka, Clarice Lispector, entre varios más.

El cambiante panorama literario

Un estudio presentado durante el XXV Congreso de Librerías (celebrado entre el 22 y el 25 de junio pasado, en Madrid, España), afirma que el mayor problema que sufre la industria del libro es el exceso de novedades literarias. Según el mismo estudio, el 86 % de los títulos que se ofrecen en España venden menos de 50 ejemplares en todo el año. La velocidad a la que se van produciendo novedades literarias no permite que cada libro pueda tener el tiempo de exposición debida en librerías. A los pocos días, los libros pasan de la mesa de novedades a los anaqueles y a bodega, para dar cabida a lo nuevo. Los títulos que no muestran ningún movimiento suelen ser devueltos a las editoriales. Muchos de ellos irán a la trituradora para reciclar el papel y permitir tiradas de libros nuevos. Es una rueda de hámster que no se detiene.

Releer

Hace pocas semanas terminé de releer Moby Dick, la novela del estadounidense Herman Melville. Aunque la leí en algún momento de mi adolescencia, sentí como si lo hacía por primera vez. No descarto que lo que leí en el pasado haya sido alguna versión condensaba, porque no recordaba una serie inmensa de detalles que me impresionaron mucho en esta ocasión. Lo leí a mi ritmo y tardé más de un año para terminar. Me maravillé de nuevo con su lectura y, aunque es extenso, no quería que se me terminara. Decidí hacer esta lectura en el idioma original, lo cual sin duda le agregó novedad. Si en la primera lectura descubrí una historia interesante, en la segunda descubrí detalles técnicos y de lenguaje que no percibí antes. También pude comprender por qué hay gente que la odia. La novela de Melville tiene la lentitud propia de las navegaciones de antaño. Además de la persecución del cachalote blanco por el barco Pequod, comandado por el obsesivo capitán Ahab, el libro es todo un manual de navegación …