Comenzaba 1947. El poeta y crítico Randall Jarrell estaba fascinado con el primer libro de poemas de Elizabeth Bishop, North & South, publicado el año anterior. Cuando supo que ella estaba en Nueva York, no dudó en invitarla a cenar en su apartamento con él, su esposa y otro poeta. Bishop dudó en aceptar. Era muy tímida y la idea la ponía nerviosa. Pero terminó asistiendo.
Fue así como Jarrell le presentó a Robert Lowell, un poeta de casi 30 años de edad, con un par de libros publicados pero que ya gozaba de prestigio. La timidez de ella desapareció de inmediato. Ambos comenzaron a hablar de manera incontenible. Según detalló Bishop después, era la primera vez en su vida que pudo hablar sobre escribir poesía con otra persona. Lowell también se sintió impactado por conversar con alguien a quien consideró su par de inmediato, a pesar de que Bishop era 6 años mayor.
Meses después, Robert Lowell ganó el Premio Pulitzer y la beca Guggenheim, además de ser designado Poeta Laureado de los Estados Unidos. El 12 de mayo de 1947, Bishop envió una carta de felicitación a Lowell. Él contestó lamentando no haber coincidido con ella en una cena la noche anterior en Nueva York. También le detalló algunas fechas y lugares donde estaría el mes siguiente, para explorar la posibilidad de un encuentro. Cuando coincidieron, Lowell llevó a Bishop a almorzar con William Carlos Williams y a visitar a Ezra Pound, en el hospital St. Elizabeth.
Aquello fue el inicio de una relación que duraría 30 años y que trasciende una definición convencional. Amor, amistad, colaboración literaria, simpatía intelectual, inspiración mutua, son algunas de las variantes que podrían intentar describirla.
Bishop y Lowell comenzaron a enviarse cartas y a verse, cuando fuera posible. La intensidad de la relación hizo creer a todos que Bishop y Lowell serían pareja. Pero una serie de circunstancias en la vida de cada cual pareció obrar siempre contra la posibilidad de una relación convencional. Para comenzar, buena parte de la comunicación entre ambos fue por correspondencia. Lowell vivió en Nueva York, Boston e Inglaterra. Bishop viajaba con frecuencia; en 1951 se mudó a Brasil y viviría allá 15 años. La correspondencia postal era la mejor alternativa para comunicarse.
Por su parte, Bishop era lesbiana y nunca se había interesado por ningún hombre. Pero años después confesaría en una carta que cuando vio a Lowell se enamoró de él a primera vista. Además, era depresiva y alcohólica. Un año después de conocer a Lowell sufrió un colapso que la llevó al hospital. Varias veces hizo curas para dejar el alcohol. El asma también la mortificaba.
Lowell era maníaco depresivo. Sus crisis llegaron a ser tan severas que tuvo que ser hospitalizado varias veces. En la fase maníaca intentaba seducir a sus estudiantes femeninas en las universidades donde impartía clases y escribía loas a Hitler. La enfermedad generó un sinnúmero de problemas y tensiones al interior de cada uno de sus tres matrimonios. Lowell fue medicado con litio, lo que ayudó un poco, aunque vivía siempre con el temor de nuevas crisis.
La lucha interior de cada uno transformó aquella relación en un espacio de sustento emocional indispensable. Eran dos aves raras que compartían el mismo lenguaje y que encontraron en su compañía el norte de sus brújulas. De la trascendencia que tuvo la relación dan fe las 459 cartas, postales y telegramas que intercambiaron entre 1947 y 1977. La correspondencia completa entre ambos fue publicada en 2008 por Farrar, Strauss and Giroux en Nueva York, en un volumen de 875 páginas, bajo el título Words in Air, The Complete Correspondence Between Elizabeth Bishop and Robert Lowell (sin traducción al español todavía).
En sus cartas, algunas bastante largas, intercambiaban noticias de sus vidas, chismes de la farándula literaria y anécdotas personales. También comentaban mutuamente sus poemas recién escritos e intercambiaban ideas para nuevos versos. Dicho intercambio literario ocupó buena parte de sus misivas y se convirtió en una forma de colaboración que favoreció a ambos. Las sugerencias recibidas eran por lo general incorporadas en las versiones finales de sus poemas. La influencia mutua consta en su obra.
A veces disentían, como cuando Bishop le sugirió a Lowell que no incluyera fragmentos de las cartas de su segunda esposa en su libro The Dolphin. Pero el afecto y la admiración mutua eran más fuertes. La relación no se vio alterada por las diferencias literarias. Por el contrario, se estimulaban y protegían de manera constante. Lowell apoyó la poesía de Bishop e hizo todo por conseguirle becas para que siguiera escribiendo. Bishop recomendaba a Lowell qué publicar, para que mantuviera el mismo nivel de calidad en sus textos.
En más de una ocasión, Bishop agradece a Lowell su amistad a toda prueba y le ruega que jamás deje de escribirle. Lowell le confiesa, diez años después de su primer encuentro, que estuvo tentado a pedirle matrimonio. Bishop se hace la desentendida pero nunca deja de coquetearle.
En otra carta, ocho años antes de morir, Lowell dice: “Me parece que paso la vida extrañándote. De vez en cuando tengo un sentimiento vago y agudo de extrañar algo o alguien, y eres tú. Las cartas no compensan”. En otra de ellas, Lowell reconoce en Bishop a su lector ideal, a su único público: “Pienso que debo escribir enteramente para ti”.
En uno de sus viajes a la playa, Bishop le pidió a Lowell, medio en serio, medio en broma, que cuando ella muriera, escribiera en su epitafio que era “la persona más solitaria que haya vivido jamás”. Pero ese deseo no pudo ser cumplido y fue ella quien tuvo que escribir una elegía. Robert Lowell murió en 1977, a los 60 años, al sufrir un infarto dentro de un taxi, saliendo del aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York.
Elizabeth Bishop murió dos años después, a los 68, de un aneurisma cerebral, en su apartamento de Lewis Wharf, Boston.
(Publicado en revista Séptimo Sentido, La Prensa Gráfica, domingo 17 de enero de 2016. En la foto, Robert Lowell y Elizabeth Bishop en una playa de Copacabana, Río de Janeiro, julio de 1962. Foto en custodia de Vassar College Library).