Gabinete Caligari

Cambiando el paradigma educativo

Jacinta Todos Merecen

(English version here.)

Uno de los grandes retos que tiene la educación actual es caminar al ritmo de los cambios de paradigmas que están ocurriendo a nivel mundial. ¿Están las escuelas y universidades preparando a los alumnos para enfrentar la vida? ¿Cómo cala en el individuo el aprendizaje basado en la memorización y recepción pasiva de información? ¿Los niños y jóvenes sienten placer en el aprendizaje o asisten a los centros educativos obligados por la necesidad de obtener un certificado para acceder a un empleo?

Hace algunos días fui invitada a visitar Perquín, en la zona norte del departamento de Morazán, para conocer el Centro de Desarrollo Integral Amún Shéa. Este colegio, fundado en 2008, rompe con el esquema tradicional de aprendizaje y ofrece una alternativa que potencia las capacidades e intereses personales de los estudiantes.

Fueron los alumnos los que me enseñaron el colegio mientras me explicaban su funcionamiento. Amún Shéa, que en idioma lenca significa “tierra de semillas”, basa su sistema de enseñanza en el aprendizaje a través de la solución de problemas. Son los mismos alumnos quienes, desde el primer grado, manifiestan sus intereses particulares y a través de ello aprenden no sólo las materias básicas, sino que también aprenden a analizar, tomar decisiones y conocer la realidad de su municipio. El mundo de los niños no se limita a la casa y la escuela, sino que se amplía a la comunidad.

En las aulas, el maestro funciona como un tutor que guía los procesos investigativos de los niños. Su escritorio no está al frente del aula sino atrás. Las aulas no tienen paredes que los encierren y todos trabajan en espacios amplios y compartidos. De hecho, todo el centro escolar carece de muros o alambradas.

Semanalmente los niños exponen los avances de sus proyectos a todos sus compañeros. Los temas que se abarcan son diversos: la calidad del agua potable del municipio, la reactivación de un turicentro cercano, la elaboración de pan dulce y galletas con productos de la región, los niveles de migración, el cultivo de tilapia para el consumo local o la acuaponía como método agrícola sustentable, entre otras muchas iniciativas.

Lo notable es que estamos hablando de niños entre 7 y 14 años que, como parte de sus investigaciones, aprenden a elaborar proyectos escritos. Identifican objetivos generales y específicos, elaboran síntesis y determinan los componentes de sus proyectos. Redactar este tipo de documentos sirve para el aprendizaje del lenguaje y la escritura, pero también para construir pensamiento crítico y prepararlos para etapas superiores de estudio o trabajo.

Amún Shéa, que se financia en gran parte a través de donaciones y financiamiento externo, aprovecha varios programas gratuitos en línea para complementar la enseñanza, familiarizando a los alumnos con las nuevas tecnologías y el uso responsable de internet. Es normal ver a los alumnos trabajando en sus laptops, elaborando planos tridimensionales, haciendo animaciones o aprendiendo inglés.

Este proyecto, impulsado por la Fundación Perquín para el Fomento de Oportunidades Educativas (PEOF por sus siglas en inglés), se originó ante la inquietud de la falta de perspectivas y oportunidades para los habitantes de la región. Es precisamente de la zona oriental de donde sale la mayor cantidad de migrantes del país.

Ron Brenneman, uno de los fundadores de este proyecto, considera que es necesario romper el esquema de pobreza a partir de un cambio en el pensamiento mismo. Ese cambio puede generarse a partir de la educación de los menores. Si las opciones de la región norte de Morazán son migrar a la capital para buscar un empleo, conformarse con trabajos de temporada (como corte de café u otras cosechas) o migrar del país, Amún Shea brinda las herramientas necesarias para que los jóvenes tengan perspectivas diferentes y trabajen para mejorar no sólo sus vidas, sino para aprovechar el potencial de la región misma.

Llama la atención que esta iniciativa se origine en una de las zonas más olvidadas del país, lejos del gobierno central y de los polos de desarrollo nacional. El norte de Morazán tiene uno de los índices más altos de pobreza y de baja escolaridad de todo el país, además de ser una de las zonas más golpeadas durante la guerra.

Pero quizás es precisamente por eso por lo cual puede llevarse a cabo este tipo de proyecto. Mientras en San Salvador reina la burocracia, los “no se puede” y los funcionarios que no pueden tomar decisiones si no están detalladas en los manuales de procedimiento, en Perquín la necesidad misma obliga a probar modelos no tradicionales. La buena noticia es que funciona.

En la Paesita, donde se evalúan los logros de aprendizaje en educación básica por parte del Ministerio de Educación, Amún Shea superó la media nacional en 2008 (con un promedio de 6.58) y en 2012 (con 7.69).

El colegio aumenta cada año un grado más, para que los alrededor de 90 estudiantes puedan continuar en el mismo sistema. La ambición no es solamente abrir el bachillerato, sino a mediano plazo, crear una universidad, para lo cual PEOF se encuentra de manera activa buscando organismos o donantes particulares que conviertan el sueño en realidad. Si esto se logra, las perspectivas que tendrán los jóvenes, no sólo de Perquín, sino del departamento entero, tendrán un impacto significativo.

Los estudiantes con quienes conversé se mostraban contentos con el sistema de estudio. Algunos han estado allí desde el comienzo, pero para los que estuvieron antes en otras escuelas, el cambio es notorio. Para los visitantes como yo, encontrarse con menores que hablen con tanta seguridad y confianza y que tengan claridad sobre lo que quieren hacer con su vida, es impresionante. Hasta me daban ganas de volver a hacer la primaria y la secundaria, con tal de trabajar bajo este sistema.

Mucho se discute en El Salvador sobre la necesidad de mejorar el sistema educativo. Amún Shéa es un ejemplo de lo que puede hacerse cuando se deja de discutir y se pone manos a la obra.

(Publicado en La Prensa Gráfica, revista Séptimo Sentido, domingo 16 de marzo. Durante mi visita, nos tomaron fotos a los alumnos y adultos que estábamos presentes, expresando lo que “todos merecen”. Pueden ver las fotos y la opinión de los niños aquí. Pueden seguir al colegio en Facebook, Twitter y visitar su página web así como la web de PEOF).