Recién terminé de leer El gran cuaderno, la novela de la escritora húngara Agota Kristof. Debo decir que me ha dejado muy impresionada por dos motivos. Uno es la historia que cuenta. Dos, la manera de contarlo. En castellano este libro circula bajo el título Claus y Lucas, un compendio de la trilogía de novelas de la cual El gran cuaderno es la primera (las otras dos son La prueba y La tercera mentira).
En El gran cuaderno Claus y Lucas son dos gemelos llevados por su madre a casa de su abuela, que vive en el campo, para ponerlos a salvo de la guerra. La abuela es un ser bastante antipático, pero con el tiempo los niños van adaptándose a la nueva situación y van encontrando maneras de sobrevivir al árido entorno, árido sobre todo en cuanto a lo afectivo. No puedo decir más para no arruinar la lectura. Lo único que puedo agregar es que el concepto de la inocencia infantil se disloca totalmente y que, sin embargo, contado de la manera en que está, parece la manera más lógica de sobrevivir, la manera más lógica de reaccionar sin derrumbarse.
El estilo narrativo de Kristof es sin duda uno de los grandes valores del libro. Es un estilo sobrio, pero sobre todo de una gran limpieza verbal. No sobra ninguna palabra. La misma narración es concisa, directa, sin adornos, sin dobles intenciones. Y pienso que no se podía contar esta historia si no era de esa manera tan escueta, casi en forma de telegrama.
Buscando más información sobre esta autora, que alguna vez estuvo en la competencia por el premio Nobel, me encontré con esta entrevista por demás interesante, donde habla un poco de su visión de la escritura y donde de hecho explica no creer en la literatura. A mí me dio un poco la impresión, después de leer la entrevista, que su estilo de escritura no era más que el reflejo de su propia manera de ser y que acaso Kristof era una señora muy dura (quizás por sus propias experiencias de vida), lo cual se proyecta en sus libros y en sus opiniones. Esto se comprende mejor cuando se accede a su obra. Una obra que definitivamente no es para estómagos débiles.
Muchas gracias Jacinta por la recomendación. Justamente terminé de leer “La pianista” de Elfriede Jelinek, ahora voy a leer la trilogía de Kristof (la maravilla del internet). De hecho ya lo estoy leyendo, comienza: “Venimos de la ciudad. Hemos viajado toda la noche. Nuestra madre tiene los ojos rojos.”; me encanta lo breve y concisa que es. Saludos.
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Odio y violencia altamente recomendable. Cuantos hermosos y terribles Claus y Lucas he venido a conocer a este país. Maldito país.
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