Lo leído

Luz de agosto, William Faulkner (2)

Ya había leído algunas novelas de Faulkner pero es en Luz de agosto que su genialidad me queda clara. El libro es una novela superior a sus demás libros en muchos sentidos. Acaso por la manera en que está contada y elaborada, como un trabajo de encaje que va creciendo y complicándose a medida que entran más personajes a escena. Parte de lo sencillo a lo complejo en su construcción y de alguna manera, emprende también así la construcción de la psicología de sus personajes, desde la ingenuidad pura hasta la personificación del mal en sus diversas manifestaciones. ¿Y no representamos todos los humanos acaso también, esas diversas manifestaciones del mal?

En la novela de Faulkner todos los personajes tienen una historia que contar en un tiempo que ya les fue permitido vivir, porque ahora el tiempo es para Lena Grove, quien parte embarazada desde Alabama a buscar al padre de su hijo; y para Joe Christmas, quien será acusado de un crimen; y para Lucas Burch que ahora se hace llamar de otro modo; y para Byron Bunch, fulminado por el rayo del amor en la más inoportuna de las circunstancias.

La narración va jugando con el punto de vista y esto, a su vez, permite que se conozcan las circunstancias de la vida de todos ellos o de lo que está pasando en la acción.

Faulkner cambia de registro casi convirtiéndola en una novela experimental por la variedad de cambios de tono, justificados dentro de la narración de un personaje en particular. Así, como cuando uno de los negros relata el ataque de quien supone el lector no es otro más que Christmas, a una congregación en una iglesia y cómo los negros corren a esconderse en la oscuridad. Christmas enciende un cigarrillo mientras sabe que lo miran y la pluma de Faulkner te obliga, como lector, a pasar las próximas dos páginas pendientes de la brasa de ese cigarrillo como si uno estuviese también escondido en la oscuridad.

Faulkner cambia de ritmo para perseguir el hablado de los negros sureños pero escrito de una manera todavía lo suficientemente entendible que la narración no pierde comprensión, pero gana riqueza. A veces desacelera para describir de manera plástica y muy tangible la luz del atardecer.

Tiene también diálogos certeros:

“No,” Hightower says. “You dont need my help. You are already being helped by someone stronger than I am.” For a moment Byron does not speak. They look at one another, steadily. “Helped by who?” “By the devil,” Hightower says.

Faulkner cuenta una historia en apariencia lineal pero que se va por todos los caminos laterales que puede encontrar para llegar al final de la ruta que cierra, como una línea recta, con la línea de destino inicial. El camino que todos andamos y que creemos saber para dónde va.

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