Viernes 4 de marzo se presenta en el auditorio del ICAS, de la UCA de San Salvador, a las 5 de la tarde, el libro Jonathan no tiene tatuajes. Una colección de crónicas de varios reconocidos autores del género. Sobre el mismo, Cristian Alarcón comenta:
Oscar Martínez en su odisea en la frontera al lado de tres hermanos que escapan de la muerte; Roberto Valencia en su convivencia y amistad con el fallecido Neck, del Barrio 18; Carlos Salinas, en su incursión al Reparto Schick de Managua donde supo temblar ante el cañón de un mortero hechizo; Daniel Valencia a la hora de poner el cuerpo en la cárcel hondureña para reconstruir la explosión de una granada que mató a ex pandilleros del Barrio 18 y la Mara Salvatrucha; y, José Luis Sanz, subiendo incansable, una y otra vez, a la comuna de Sierra Alta en San Salvador para romper el silencio tras una masacre atribuida a la MS. Todos han sido investigadores y narradores, cronistas de comienzo a fin. Todos han sabido caminar con el paso ambivalente pero respetuoso que exige el territorio encendido por la lógica de una juventud embarcada en la misión de sobrevivir a pesar de la incertidumbre y la inquietud.
Y Rossana Reguillo nos dice:
Este libro tiene una historia compleja, intensa, continental y difícil, pero necesaria. Aunque es Centroamérica la región que se narra en estas desnudas, crudas, violentas pero estupendamente contadas historias, su factura proviene de conversaciones hemisféricas, de complicidades intelectuales y afectivas, de preocupaciones compartidas y de un solo afán: develar para entender, narrar para transformar. Narrar es una manera de iluminar las zonas ciegas de una sociedad que se niega o teme “ver”, porque mirar es comprender, porque comprender es una acto político sin marcha atrás.
La crónica que da título al libro, escrita por Roberto Valencia, se puede leer aquí.