La esquiva responsabilidad moral
Oskar Gröning era un devoto coleccionista de estampillas. En una de las reuniones anuales del club de filatelia al que pertenecía, Gröning comenzó una conversación casual con alguien que resultó ser negacionista del holocausto. Este argumentaba que era imposible que la matanza y los campos de concentración hubiesen sido reales. Al despedirse, el negacionista le prestó un libro sobre el tema. Gröning se lo devolvió, dejando un mensaje de su puño y letra en una de sus páginas: “Yo vi todo, las cámaras de gas, las cremaciones, el proceso de selección. Un millón y medio de judíos fueron asesinados en Auschwitz. Yo estuve allí”. A partir de entonces, Gröning consideró necesario hablar de su experiencia como miembro de la SS, en particular, de los dos años que estuvo asignado como contador del campo de concentración de Auschwitz. Su función consistía en hacer inventario de todos los bienes y dinero que portaban los judíos al arribar al Lager, y enviarlo todo a Berlín. Pasó tres semanas escribiendo su historia en 87 páginas, que luego dio a …