
Fotograma de la película Another Earth.
En la película Another Earth (2011), del director estadounidense Mike Cahill, Rhoda Williams recibe una carta de aceptación para ingresar al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus iniciales en inglés). Lo celebra con sus amigos la misma noche en que se da a conocer el descubrimiento de un planeta idéntico a la tierra. Después de la fiesta, totalmente borracha, Rhoda conduce su vehículo y choca contra otro en el que se conducen el compositor John Burroughs, su esposa embarazada y su pequeño hijo. Sólo John y Rhoda sobreviven.
Rhoda debe cumplir cuatro años de prisión. Cuando sale, busca a John para confesarle que ella fue la culpable del accidente, pero esto no resulta fácil. La situación de vulnerabilidad emocional de ambos personajes los coloca en una situación insospechada. Mientras tanto, se sabe que el otro planeta, bautizado como Tierra 2, es un planeta espejo. Es decir, es una réplica exacta de la tierra en la que vivimos, con todo y sus habitantes. Pero la sincronicidad entre ambos lugares se rompió en el momento justo en que los planetas “se vieron” o supieron de la existencia del otro. Es decir que, a partir de ese instante, lo vivido por los habitantes de uno y otro lugar, fue diferente.
La NASA efectúa un concurso para enviar a un grupo de gente a la Tierra 2. Rhoda envía un ensayo para competir. En su texto, habla sobre aquellos primeros exploradores que cruzaron el Atlántico, cuando se creía que la tierra era plana y que al final del horizonte había un abismo. Aquellos primeros exploradores, argumenta Rhoda, no eran aristócratas o gente culta, ni intelectuales, científicos o artistas. Eran los ex convictos, los locos, los criminales, los que no tenían apellido ni posesiones, los que ya lo habían perdido todo. Eso, argumenta Rhoda, la convierte a ella, una ex convicta, en una candidata apta para hacer el viaje.
Haciendo a un lado los detalles estrictamente científicos o cinematográficos, Another Earth plantea varios asuntos interesantes, entre ellos, el tema del doble, es decir, la posibilidad de que nuestro yo tenga una o varias réplicas que viven de manera simultánea en otros lugares físicos o dimensiones paralelas.
Uno de los recursos utilizados por Cahill en su película son las intervenciones del doctor Richard E. Berendzen sobre las posibilidades que plantearía un descubrimiento de este tipo. Berendzen, un científico real, graduado del MIT y de Harvard, y que fuera asistente de cátedra de Carl Sagan, plantea asuntos inquietantes: ¿Sería nuestro otro yo mejor o peor que nosotros? ¿Podríamos intercambiar impresiones sobre nuestras vidas y hablar sobre cosas que sólo nosotros mismos podríamos comprender? ¿Podríamos aprender algo de nuestro otro yo? ¿Nos agradaría encontrarnos con el otro? ¿Podríamos de hecho reconocernos? ¿Qué le diríamos a nuestro doble?
El tema ha sido utilizado de manera abundante en el cine y la literatura. Uno de tantos ejemplos es “El otro” de Jorge Luis Borges, el primero de los cuentos de El libro de arena. En dicha historia, un Borges mayor se encuentra en la banca de un parque con él mismo, cuando apenas era un veinteañero. El Borges mayor se encuentra en Cambridge, en 1969; el Borges menor dice estar en Ginebra, en 1918. El Borges mayor le adelanta algunos detalles de cómo será su vida al Borges menor y éste le da noticias de la familia al mayor. Quedan de acuerdo en un encuentro al día siguiente que, según el narrador, ambos evitan debido a la impresión tan fuerte que les provocó el evento.
El físico estadounidense Hugh Everett fue el primero en hablar de los “muchos mundos”, en 1950. Según ello, cada vez que se explora una nueva posibilidad física, el universo se divide. Dado un número de alternativas posibles resultantes, cada una de ellas se realiza en su propio universo. Por ejemplo: a Pedro Pérez lo puede atropellar un camión y salir apenas golpeado. Pero en un universo paralelo, Pedro Pérez murió en el mismo accidente. Y en otro más, el mismo accidente le costó varios días de hospital. En otro, no le pasó absolutamente nada.
La teoría de Everett no fue bien acogida por sus colegas. Pasarían un par de décadas antes de que se comenzaran a realizar estudios, cálculos e investigaciones más exhaustivos. Hoy en día, la idea de los multiversos o universos paralelos tiene más adeptos y también propone otras opciones. Una de ellas es la planteada por los físicos Howard Wiseman y Michael Hall (del Centro de Dinámica Cuántica Griffith), y Dirk-Andre Deckert (de la Universidad de California). Este equipo sostiene, en un estudio publicado en la revista Physical Review X en octubre del año pasado, no sólo que los universos paralelos existen sino que incluso interactúan entre ellos y que se influyen debido a sutiles fuerza de repulsión.
Afirman además que el universo que experimentamos y que llamamos “real” es sólo uno de un número gigantesco de mundos, algunos idénticos al nuestro y otros completamente diferentes, que existen de forma continua a través del tiempo. Este equipo sigue haciendo experimentos para confirmar lo que sus cálculos matemáticos dan como un hecho.
Cuando terminé de ver la película, no pude evitar mirar por la ventana esperando ver ese otro planeta que, en Another Earth, vemos con frecuencia en el cielo. Me pregunté qué sería de la otra Jacinta, o de todas las otras Jacintas que viven en esos otros universos. Admito que la idea de que hubiera otras más, idénticas a mí, no me agradó. No por vanidad, sino porque la vida que he tenido ha sido tan complicada que no se la deseo a nadie.
Pensé en mi doble y en todas mis vidas/nuestras vidas. Y lo único que pude desear es que ojalá mi otro yo sea inconmensurablemente feliz y que su mundo sea un lugar luminoso y compasivo. Porque aquí, desde la sombra en la que escribo y que pienso es la realidad, el mundo no va bien. No va nada bien.
(Publicado en revista Séptimo Sentido, La Prensa Gráfica, domingo 10 de enero 2015).
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En los mundos de los sentimientos siempre hay paralelismos. Esta dualidad nos ha aguijonea a buscar una forma de esperanza en otros horizontes, en otros mundos, en otros intérpretes, así mismo es difícil de ser optimista sin haber probado íntimamente el pesimismo.
En parte a causa de las injusticias, muchas veces me siento como vivir en Universos paralelos, como en un viaje en el tiempo, “Back to the future”, me roe imaginar que mi otro yo naufragó rotundamente y el otro logró más en otro mundo. A mi edad, sé muy bien que nada es fortuito y que en los senderos de los mundos paralelos, los desafíos terminaran, cuando las luz se apágara. Lo mas importante es bien sembrar como lo hace Ud. deleitadonos con sus escritos y aún que mínimamente, concluir que la realidad en este mundo también puede ser transformable. La saludo cordialmente y le deseo muchos éxitos, por el placer de volver a leerla
Carlos R. Martinez
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Gracias por su comentario, saludos.
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Yo tambien deseo que mi otro yo, en ese punto rojizo que se ve sobre el horizonte a media noche en ésta época del año, sea inconmensurablemente feliz. Jacinta, gracias
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Gracias a usted. Saludos.
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Interesante tema el de los Universos Paralelos, sería muy frustante saber que mi otro yo fracasó rotundamente o alguno de los otros logró más que lo que yo tengo en este universo, sin embargo creo que son teorías descabelladas parecidas a las del viaje en el tiempo, el ser humano siempre está buscando una forma de esperanza en otros mundos ya que este está lleno de injusticia y maldad. En realidad me fascinan los temas que tengan que ver con la astronomía y el viaje interestelar y el hecho que hallásemos otra tierra solo serviría para que arruináramos ese mundo también, si existe otro universo con otro yo espero que esté felizmente casado con una mujer hermosa y unos hijos preciosos, un buen trabajo y una casa con vista al cerro de San Jacinto, sin maras y con políticos honestos.
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Estimada Jacinta: el universo paralelo es un tema seductor e inquietante. Excelente artículo. Me acabo de dar cuenta, por cierto, que sobre esta película (“La otra tierra”) escribí yo en el año 2012 (http://oscarperdomoleon.com/2012/04/24/la-otra-tierra-una-pelicula-de-mike-cahill/); pero por supuesto, sin esas interesantes reflexiones que hace usted sobre ella aquí en su blog.
Y con respecto al cuento de Borges al que usted se refiere, le cuento que para mí es uno de esos cuentos impactantes, inolvidables. De “El libro de arena” me gustan mucho también los cuentos “Ulrica”, “There are more things”, “Utopía de un hombre que está cansado” y “El Congreso”.
Gracias por permitirme opinar. Saludos.
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Gracias a usted por su comentario. Saludos.
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Gracias por tan magistral publicación. El día de ayer me identifique tanto con ese escrito.
Y bueno gracias a ti pude desahogarme en este humilde escrito:
No ha empezado bien el día.
Me serví mi acostumbrada tasa de café “no malas noticias antes o durante el café” era esa frase inquebrantable.
Pero que más da, tome el periódico, de todas maneras tengo que romper la rutina, hacer nuevas cosas ¡aprender a vivir nuevamente!
Esta ansioso por leer la columna de una poco reconocida escritora pero desbordante de talento.
Y para mi sorpresa su columna pareció escrita a mi medida.
Encajó perfectamente o quizás un poco apretada…
¿Existirá otro yo?
Otro al cual la vida le pinte con colores más claros…
¿Qué le diría si lo viera, si tuviera unos minutos para hablar con él?
Seguramente huiría o le tendría compasión. Él entendería cada parte de mi, ¿podría el ayudarme o yo a él?
Solo deseo si existe, sea un poco mas valiente o un poco o mucho mas egoísta.
¡Pero también deseo que él también haya aprendido a querer!
Muchas gracias de nuevo.
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Gracias a usted por compartir su texto. Saludos.
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En parte, quizás la mayor parte de lo que provocó ese escrito fue su publicación así que en motivo de agradecimiento lo compartí.
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