Para leer

Un avance de la novela Heterocity de Mauricio Orellana Suárez


Marvin tenía que aprovechar. Sin un socio de cacería, era un imposible imperativo para su exceso de orgullo paranoico y de pudor (que le hacía creerse un rostro destacado y reconocible dentro de los circos muy de masas) pensar siquiera en llegar y estarse solo en un lugar como “ese”, porque él, el estudioso, se volvía allí un animalejo blanco del escudriñar de más de alguno de los estudiados.

“La gente, y no solo de los circos muy de masas sino a todo nivel, no deja de zampar la nariz en lo que no le incumbe cuando alguien llega a estacionarse solo a un sitio concurrido casi exclusivamente por grupos de amigos en parranda, y entonces se preguntan qué hará ahí ese pendejo oscuro, de cara desencajada, cachorro de extraterrestre abandonado en la jaula de las hienas por un videoclip de Moby. ¿Será un turista perdido?, ¿un pobre diablo recién mandado a freírse el llanto por una de esas noviecitas con cara de monja que terminó sacándole las vueltas, en la pista central del circo, montando y desmontando el miembro de caballo de su jefe en la oficina?, ¿o un desesperado hormonal que busca, el muy desubicado, descargarse la testosterona con alguna de las meseras maestras en cuidarse mucho de las propuestas impropias de algunos de los 6 más desatinados clientes-siempre-tienen-la-razón?, ¿o un maricón, qué asco, que busca que un borracho que ya no sabe cuántos dedos índices tiene en la siniestra, le haga una explosión en el esfínter tras un célere bombeo precursor (en ese caso el indagador de propósitos acompañará su inquisición visual con un gesto desaprobatorio, ceñudo y desafiante, faltaba menos), ¿o un tipo muy cancha que se cree que puede venir a untar la suprema seguridad que tiene en sí mismo en sus narices?, ¿o nada más un marginado consuetudinario? En todo caso el tipo da dos cosas: lástima o rabia, es un ser que amerita ya sea la misericordia o la desaprobación de los otros y su honesto agradecer en silencio el que sea él quien se traga ese rol de solitario en lugar concurrido y no ellos, uff, qué alivio”, le había dicho Marvin a Jared en el otro café, el de años después, el de siempre desde entonces, el del centro comercial.

Continuar leyendo el primer capítulo de Heterocity, novela ganadora del Premio Centroamericano de Novela "Mario Monteforte Toledo" 2010, del salvadoreño Mauricio Orellana Suárez.

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