Escritores

John Kennedy Toole: La vida es una perra necia

El autor no pudo lidiar con el rechazo de la que consideraba su obra maestra ni con los reveses de la vida, que se ponía cada vez más necia y perra, complicando cada vez más las cosas. De ahí todo fue cuesta abajo: Kennedy Toole comenzó a desmoronarse, estaba deprimido y se sentía un fracasado; por si fuera poco, las cosas no iban bien en casa.
El 20 de marzo, tras una fuerte discusión con su madre desapareció; sólo se sabe que se dirigió a la costa oeste y a Georgia, donde visitó la tumba de la escritora Flannery O’Connor. Su cuerpo fue encontrado seis días después a las afueras de Biloxi, Mississippi.
Ken dejó una nota para su madre, quien la destruyó de inmediato e hizo comentarios confusos sobre su contenido; jamás volvió a tocar el tema. Su muerte pasó desapercibida, uno de tantos pobres diablos que se quitan la vida a diario porque no le encuentran sentido; sería hasta 1980 que el mundo conocería a Ignatius Reilly y pondría a su autor en el pináculo.
Cuando Thelma Toole encontró el manuscrito de su vástago comenzó a peregrinar por las editoriales; mucho más insistente y con mayor resistencia al fracaso que su hijo, llegó hasta las oficinas del escritor Walker Percy, quien tal y como relata en el prólogo de La conjura de los necios quedó fascinado y conmovido desde el principio.
El libro finalmente se publicó en 1980 y en 1981 obtuvo el Pulitzer.

3 Comments

  1. La conjura de los necios es un libro lleno de humor e ironía. Fue una lástima que el autor se quitara la vida y nos dejara una herencia literaria tan corta.

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    • Es uno de los libros que está en mi cerro de pendientes de lectura, aunque ya lo tengo, lo cual lo aproxima a ser leído. 😉

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