Uno de mis pendientes es narrar mi experiencia con la Editorial X de Guatemala, algo que con el tiempo llegó a convertirse en un fenómeno del cual fui parte por una serie de circunstancias no premeditadas.
Y quizás eso mismo fue lo que hizo de la X un proyecto tan singular. Su espíritu de publicación era simplemente compartir un ánimo, una visión, un tono. Ninguno de los que participamos en dicho proyecto imaginamos que la X se convertiría en un referente obligado de la literatura centroamericana.
Vania Vargas hace acá una relación de los hechos.