Una escritora en estado de gracia
“Ayúdame, querido Dios, a ser una buena escritora y a que me acepten algo más (para ser publicado)”. Esta petición puede leerse varias veces en el libro Diario de oración, de la escritora estadounidense Flannery O’Connor. El libro fue escrito por la autora entre 1946 y 1947, durante su decisiva estadía en la Universidad de Iowa. Llegó hasta allá con la idea de estudiar periodismo, pero su contacto con otros escritores y la negativa o poco interés que recibían sus pinturas y caricaturas, la llevaron a tantear los rumbos de la escritura literaria. O’Connor, de ascendencia irlandesa, era católica hasta la médula e iba a misa todos los días. Pero el ambiente intelectual de la universidad, la lectura de Franz Kafka, James Joyce y William Faulkner, el conocimiento de otras filosofías y las conferencias de escritores como Robert Penn Warren y Andrew Lytle, ponían a prueba sus convicciones religiosas, por lo que necesitaba de una comunicación directa con su creador. Concibió la idea de escribir una carta diaria a Dios mismo, como una forma de …

