Month: February 2025

La ciudad y sus fantasmas

Hace algunas semanas tuve oportunidad de ver un documental que me impresionó mucho. Se trata de Occupied City (Ciudad ocupada) del cineasta británico Steve McQueen. El documental se centra en la ocupación nazi en los Países Bajos, ocurrida entre mayo de 1940 hasta la rendición alemana en mayo de 1945. Como ocurrió en sus territorios ocupados, los nazis se encargaron de deportar y ejecutar a todos los judíos que encontraron, así como a miembros de la resistencia, comunistas, discapacitados físicos o mentales, homosexuales, sintis y romaníes. La mayoría fueron enviados a campos de concentración, aunque muchos otros fueron ejecutados en sus viviendas, escondites, durante acciones de sabotaje o intentos de fuga.

Entrada al campo de concentración de Auschwitz

Auschwitz siempre

El 27 de enero pasado se cumplieron 80 años de la liberación del campo de concentración de Auschwitz. La fecha ha sido nombrada como el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, según una resolución tomada por la Asamblea General de la ONU en 2005. Es importante recordar que, entre los millones de personas que fueron asesinadas o que perecieron debido a las infames condiciones de los campos de concentración, no sólo se encontraban judíos, sino también personas perseguidas por ser homosexuales o bisexuales, personas acusadas de ser opuestas al régimen nazi, personas de raza negra, criminales (asesinos, ladrones, falsificadores, etc.), personas con discapacidades físicas o enfermedades mentales, prisioneros de guerra soviéticos, testigos de Jehová y población roma y sinti (conocidos popularmente como “gitanos”).

Corre, Hilda, corre

1.-“Makar, el oso casi humano”, se leía en letras rojas. Ahí estaba la imagen de un oso, con cara de perfecta infelicidad. Sus fauces estaban sujetas por un bozal. Su foto ilustraba el cartel promocional que anunciaba al Circo de Moscú, cuando vino a San Salvador a inicios de este año. Lo mostró el noticiero realizando su número: Makar, con una toalla blanca enrollada a manera de taparle sus partes pudendas, daba golpecitos con unas ramas a la espalda de su entrenador, acostado bocabajo sobre una banca. El escenario hacía suponer que el oso y el humano estaban en un salón de masajes. Durante buena parte del número, Makar se mantiene erguido sobre sus patas traseras.