¿Cómo está? Se lo pregunto, no en esa forma automática, coloquial y vacía con la que acostumbramos saludar a conocidos y extraños cotidianamente, sino que se lo pregunto para saberlo de veras. Por lo tanto, tampoco espero esa respuesta automática e hipócrita que damos por igual a conocidos y extraños, “bien”, aunque sea mentira, aunque el mundo se nos esté cayendo en pedazos. Ojalá, por una vez en la vida, diera una respuesta sincera a esa pregunta.
En serio: ¿cómo está? ¿Cómo se siente? ¿Cómo está su corazón? ¿Sus sentimientos? ¿Su interior? ¿Es usted una persona feliz?
Si viese hacia atrás en su vida, corta o larga, ¿consideraría que ha aprovechado el paso de sus años por la tierra? Cada segundo, cada minuto, cada día, cada mes, cada año, ¿los ha aprovechado? ¿Los ha exprimido? ¿Los ha vivido con intensidad, con consciencia del presente? ¿O los ha dilapidado en odios, rencores, rencillas, malos entendidos, envidias, dudas, prejuicios, separaciones, preocupaciones, pereza, en dejar pasar el tiempo en problemas que usted pudo haber solucionado si se hubiera tragado su orgullo?
¿Ha hecho algún aporte, pequeño o grande, a la sociedad o por lo menos a su familia? ¿Ha contribuido en algo a la paz mundial o por lo menos a la paz de su ciudad, a la paz de su vecindario, a la paz en su familia, a la paz en su pareja? Cuando le preguntan quién es, ¿qué responde? ¿Con su nombre, con su oficio, con alguna viñeta como “soñador”, “aventurero”, “idealista”, “humanista”? ¿Quién es usted? ¿Cuál es su onda?
¿Cuál cree usted que es el sentido de la vida? ¿Qué cree usted que es la muerte? ¿Cree usted en la vida después de la muerte? ¿Cree en la reencarnación? ¿En qué cree? ¿Es ateo? ¿No cree en nada? ¿Cree que después de la muerte no hay nada? ¿Tiene miedo de morir? ¿Está consciente de lo frágil que es la vida y de que en absolutamente cualquier instante, ahorita mismo incluso, usted puede morir?
¿Es de los que va a misa todos los domingos y se da golpes de pecho y le da la paz a los que están sentados a la par y ora y se pone muy sublime y espiritual pero cuando sale de la iglesia es un intolerante incapaz de perdonarle ni el más mínimo error a nadie?
¿Qué piensa cuando mira las olas del mar, las olas que se enrollan y desenrollan de manera infinita como una alfombra de agua que no tiene final? ¿Qué piensa cuando mira pasar las nubes en ese cielo azul que, como dice esa canción de los Beatles que siempre me hace llorar, “because the sky is blue/it makes me cry”? ¿Qué piensa cuando llueve tan fuerte que parece se va a acabar el mundo (y para muchos compatriotas, en efecto, el mundo y la vida se terminan)?
¿Es usted de los que se dejan calentar la cabeza por chismes? ¿Es usted un chismoso? ¿Sabe usted lo fácil que es destruir la vida de alguien por el veneno de un chisme? ¿Es usted uno de los que participan golosamente del chisme, sea cierto o mentira, y lo acepta como verdadero, y lo difunde? ¿Es usted de los que ha cambiado su buena opinión sobre una persona solamente porque escuchó un chisme sobre alguien? ¿Cortó injustamente una relación amorosa porque le contaron un chisme y ni se tomó el trabajo de hablarlo con su pareja? ¿Es usted tan ingenuo y tan tonto que no sabe identificar la envidia ajena cuando le chismorrean sobre alguien?
¿Cuándo fue la última vez que levantó la cabeza y suspiró de asombro al ver las estrellas en el cielo? ¿Cuándo fue la última vez que pensó que la vida es un milagro misterioso e inexplicable? ¿Cuándo la última vez que se sintió más pequeño que un grano de arena? ¿Cuándo la última vez que un animal le conmovió con su amor?
¿Ha encontrado el amor de su vida? No ese amor que sale en películas y telenovelas. Eso no es amor. No es el de la vida real. El de la vida real, permítame decírselo, es muy diferente. Es más complicado, sutil y mil veces más bello. Pero pocos son los privilegiados en conocerlo. La buena noticia es que existe. De eso no me cabe duda. Porque si no existiera, el mundo hubiera muerto hace mucho tiempo. Es el amor el que mueve al mundo a pesar de todo. Los avaros y los codiciosos son los que creen que lo mueve el dinero.
Entonces, ¿ha encontrado el amor de su vida? ¿Sabe lo que es el amor? ¿Se ha enamorado de esa misma persona cada vez que la vuelve a ver? Si es así, conoce también la felicidad. Si es así, usted se ha convertido en un ser intemporal, porque el amor tiene la virtud de quitarnos la noción del tiempo y por lo tanto, de la edad. Nadie que ama se siente viejo. Y nadie que ama se siente solo.
¿Cuál era el juguete más querido de su infancia? ¿Dónde está ese juguete, dónde quedó? Cuando niño, ¿qué decía que iba a ser cuando fuera grande? ¿Lo cumplió, por qué sí o no?
¿En qué trabaja? ¿Por qué trabaja en eso? ¿Está ahí su realización como ser humano o eso es lo único que encontró y es lo que paga sus gastos? ¿O quizás ni paga sus gastos y medio le ayuda a pasar el mes? ¿En qué le gustaría verdaderamente trabajar? ¿Qué es lo suyo? ¿Estudió lo que le dijeron sus padres? ¿Trabajó siempre en lo que saliera? ¿Piensa pasar así el resto de su vida o está haciendo algo para salir de esa situación? ¿No? ¿No está haciendo nada? ¿Y cuándo va a hacerlo? El trabajo ocupa la mayor parte de nuestras vidas y cuando hacemos algo que aborrecemos, llega a convertirse en una auténtica esclavitud. Le recuerdo que somos mortales, que vamos a morirnos y que la vida es demasiado breve como para desperdiciarla siendo infelices. Luche por su felicidad, por favor, se lo ruego. Ya hay suficiente infelicidad en el mundo.
¿Qué sueños ha cumplido? Le cuento uno que yo tenía desde alrededor de los 7 años y que logré cumplir en el 2000: tomarme un café espresso sentada en la Plaza San Marcos de Venecia. Es que vi a Katharine Hepburn hacerlo en la película Summertime y desde entonces yo me dije que cuando fuera grande iba a hacer exactamente lo mismo. Y lo hice, aunque no encontré a mi Rossano Brazzi. Fue el café más caro de mi historia. Pero el más delicioso y el más feliz.
¿Cuáles diría que son sus sueños pendientes? ¿Ya ha puesto en marcha la maquinaria para lograrlos? ¿No? ¿Por qué? ¿Y cuándo piensa hacerlo? ¿Piensa morirse dejando sueños incumplidos? Bueno, seguramente no lograremos cumplirlos todos pero creo que la meta sería dejar la menor cantidad de sueños incumplidos, ¿no le parece?
¿Tiene miedo de vivir? ¿Tiene miedo de amar porque tiene miedo del dolor? ¿Se aferra a las malas experiencias del pasado para justificar su estancamiento actual en la vida? ¿Le está cobrando injustamente a la gente del presente cuentas que usted tiene con gente del pasado por un mal matrimonio, un divorcio, un mal negocio, una traición?
¿Juzga a la gente por su pasado, por su aspecto, por sus opciones de vida, por sus ideas, por sus opciones sexuales? ¿O la valora y acepta por lo que es y sobre todo por cómo esa persona se relaciona con usted?
¿Cómo le gustaría morir? Si pudiera pedir tres deseos, ¿cuáles serían? Si tuviera la oportunidad de hablar con alguien que ya murió, ¿quién sería y qué le diría? Si tuviera la oportunidad de hablar ante un foro mundial, e imaginemos que sus palabras fueran escuchadas por el mundo entero, ¿qué le diría a la humanidad? Si usted viajara al espacio y se encontrara con una civilización extraña, ¿qué diría de nuestro mundo? ¿Hablaría de lo descompuestos que estamos o diría mentiras piadosas y hablaría únicamente de lo bello que es el planeta tierra, de lo bello que sería todo si el ser humano no se empeñara en destruirlo?
Respóndase a sí mismo estas preguntas. Respóndaselas en secreto. Con eso será suficiente para que piense un poquito en cómo está.
(Publicado domingo 21 de agosto 2011, revista Séptimo Sentido, La Prensa Gráfica).
Encantador texto… me ha sido de mucho provecho personal.
Gracias Jacinta.
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Hace días que no pasaba por su sopa de letras… y me sorprendió enorme y gratamente su pertinente interrogatorio. A lo peor habría que plantear un examen de admisión para nuestros hogares literarios… El custionario es duro, exigente, pero asumible. He respondido por escrito, para mi intimidad, todas sus preguntas y reflexiones… Me he leído después y he sonreído ancho y largamente. Confieso que he vivido, que diría Don Pablo… Y estoy seguro que mi vida será memorable… ¿Qué más puedo decirle? Tiene Ud. ante sus ojos un hombre de los pies a la cabeza… Cuado escribo hombre quiero decir también entusiasmado por la vida, enamorado fati por este hermoso ejercicio de existir un día más… Insisto, luego existo, Jacinta…
saludos desde un poco más arriba, al norte, bajo el Xitle…
pau llanes
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Muy interesante, la verdad que hoy en dia los seres humanos nos hemos vuelto automaticos, una pregunta y una respuesta…cuantas veces hemos preguntado a tantas personas de manera automatica..como esta?? sabiendo que tendremos la habitual respuesta, bien !!! muchas veces no intentamos ir mas lejos, al mismo tiempo quiza hacemos esa pregunta sin pensar y de igual manera respondemos.
Aveces pienso que nos estamos mal acostumbrando a no pensar, pero gracias a estos ejemplos que nos da Jacinta, podemos reflexionar un poco sobre la importancia de una pregunta y una respuesta.
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Todo comienza por conocernos a nosotros mismos.
Primero debemos alcanzar la paz con nosotros mismos.
Los dilemas son los mismos pero con diferente intensidad, espacio y tiempo.
La respuesta automatica “bien” es para todos aquellos que no abonan nada a nuestras vidas y no es hipocrita
Quiza deberiamos hablar mas con nosotros mismos y esforzarnos por escuchar a los demas
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lindísimo ,gracias Jacinta voy a imprimirlo y a tratar de contestar a cada pregunta.Voy a imprimirlo y a utilizarlo en una de mis clases de español con mis alumnos de último año de bachillerato (si está de acuerdo) y creo que me gustaría que contestaran a las preguntas sobre sus sueños ,lo escribieran en forma de carta dirigida a llos en el futuro,que la cerraran y que la leyeran unos diez o veinte años depués…gracias porque yo vivo en una sociedad donde “ça va?” repuesta obligada “ça va “…
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Por supuesto que puede ocuparla con sus alumnos Susana. Aquí también vivimos en una sociedad de “¿Como está? Bien”, no admitimos variantes…
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Muy buena columna para reflexionar, Jacinta. Son muchas preguntas, tal y como es de sencilla y complicada -al mismo tiempo- la vida, que merecen respuestas profundas. Saludos para usted.
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